Todas los caminos llevan este fin de semana al mismo lugar: Venezuela. La ayuda humanitaria, coordinada por EEUU con más de una decena de naciones aliadas, se ha convertido en la llave universal que pretende abrir la puerta del proceso democrático liderado por Juan Guaidó. Una ayuda que podría derivar en una intervención mayor si las tensiones siguen aumentando en las fronteras, donde ya se han producido altercados con varias víctimas mortales y diversos heridos en las últimas horas.
Las órdenes del presidente Donald Trump con respecto a esta operación conjunta han sido muy claras: hacer llegar la ayuda humanitaria a Venezuela (alimentos, medicamentos y suministros) como máxima prioridad y con todas las medidas necesarias para cumplir dicho objetivo. Según un alto funcionario de la Administración, la intención inicial es hacer llegar la ayuda humanitaria con un enfoque optimista, pero a la vez estarán dispuestos a tomar todas las medidas adecuadas si se produce algún tipo de violencia o reacción negativa desde la jerarquía del mando militar de Maduro.
Lo cierto es que según fuentes de la Administración no se descarta ninguna acción en la frontera, a la espera de cómo se presenten los acontecimientos en las próximas horas. De hecho, Trump ha insistido repetidamente en poner todos los medios, efectivos y sobre individuos en particular, en caso de ser necesario. Sus intenciones son continuar yendo contra quienes no actúen a favor de la democracia, en coordinación con sus aliados y en apoyo al presidente democrático Guaidó.
De hecho, aseguran estas mismas fuentes a LA RAZÓN que carecen de motivos para creer que los militares se volverían en su propia contra evitando la ayuda humanitaria, ya que el ejército sufre de los mismo síntomas que la población: hambre y enfermedad. Y es que, al parecer, la cúpula militar más cercana a Maduro habría obligado a sus familiares a abandonar el país, huyendo al Caribe, Miami y España.
Muchos de esos militares cercanos a Maduro tendrían ya a sus familias, y también su dinero, fuera del país. Un doble estándar que Washington no va a permitir. Los familiares del régimen exiliados tendrán que volver a Venezuela. El “qué” parece claro, pero el “cómo” todavía no ha trascendido.
Por su parte, Juan Guaidó lanzó un mensaje directo a la cúpula militar venezolana: “En mi condición de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, dejo sin efecto la calificación de Traidores de la Patria (impuesta por Maduro) para efectivos militares que crucen la frontera”, comunicó en Twitter.
Decisión a la que ya se han aferrado varios miembros de la Guardia Nacional Bolivariana que desertaron ayer en la frontera de Venezuela y Colombia, solicitando la protección de las autoridades en la ciudad de Cúcuta. Hechos, por ahora, aislados que podrían ir acrecentándose, especialmente tras el abandono del exjefe de inteligencia militar del régimen de Maduro, Hugo Carvajal, y su posterior denuncia de narcotráfico y corrupción hacia el mandatario. Este decisivo posicionamiento a favor de Guaidó de uno de los pesos pesados de Maduro podría ir dirigido al resto de indecisos.
Aunque el ejército venezolano, bajo las órdenes de Nicolás Maduro, mantiene el pulso para impedir el tráfico en la frontera. Un destacamento abrió fuego el sábado contra un grupo de civiles que pretendían mantener abierto un paso fronterizo entre Venezuela y Brasil para recibir la ayuda humanitaria, causando dos víctimas mortales y más de una decena de heridos. Horas antes, Maduro había ordenado el cierre total de las fronteras con Brasil y Colombia, así como el tráfico aéreo y marítimo con las islas de Aruba, Bonaire y Curazao.
Rusia culpó hace unos días a EEUU de planificar la entrega de armas a la oposición venezolana y Cuba, así como otros líderes de izquierda y sectores sociales, alertaron de que Trump estaría desplegando fuerzas especiales en la frontera para justificar la ayuda humanitaria con una posible intervención militar.
El Vicepresidente Mike Pence viajará el lunes a la capital colombiana para participar en la reunión del Grupo Lima, donde los catorce países abordarán el tema de Venezuela. Un asunto donde la democracia hablará en Bogotá con una sola voz y donde Guaidó ahora también tendrá voto. Aunque la gran “decepción” para EEUU es la ausencia de México, a cuyo presidente se ha intentando convencer, pero permanece por ahora aislado del resto de la región en esta decisión conjunta.
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