Después de una infidelidad, nada es igual. Incluso, después de un engaño, probablemente no seas la misma persona, aunque te encuentres con una pareja diferente. Simplemente, algo cambia. Y eso, en gran medida se presenta, de acuerdo al tipo de infidelidad que cometieron contra ti. Aquí los diferentes tipos de infidelidades
Es aquella en la que el infiel ya tiene en la mente engañar a su pareja, y hace los movimientos que tenga qué hacer para que tener relaciones con otra persona. En definitiva, es deliberada o planificada.
Es todo lo contrario a lo anterior. En este caso, no existe una intención inicial o premeditada de cometer infidelidad. Por ejemplo, cuando una relación marcha mal, y se tiene la cercanía de alguien a quien cuenta sus problemas, con la que termina siendo infiel. Probablemente esta persona pueda llegar a arrepentirse.
Este tipo de infidelidad es muy común actualmente, debido a las nuevas tecnologías. La persona infiel puede llegar a contactarse en cualquier momento con alguien, incluso estando presente su pareja. A pesar de esto, los infieles virtuales no siempre llegan a consumar una infidelidad de manera física.
Es lo contrario a la infidelidad online, pues en esta infidelidad sí hay contacto físico. Puede darse entre unas personas que se conozcan en una cafetería, por ejemplo, y tras entablar una relación a escondidas, terminan acostándos.
Algunas personas consideran que la infidelidad no necesariamente incluye sexo, sino que el solo hecho de sentir algo por otra persona fuera de la pareja es una traición.
La infidelidad afectiva es aquella en la que la persona que tiene pareja “siente algo” por la otra persona. También recibe el nombre de infidelidad romántica, y puede haber o no sexo. Es más propia de las mujeres que de los hombres.
Como su nombre lo dice, en este tipo de infidelidad se presenta el acto sexual, pudiendo haber o no un profundo apego emocional. Estadísticamente, la mayoría de estos infieles son hombres.
Este tipo de infidelidad la realizan personas con baja autoestima, las cuales no se sienten queridas en su relación, y con el afán de buscar lo que no tienen en su matrimonio o noviazgo, terminan siendo infieles.
El miedo a romper una relación tóxica favorece a este tipo de engaño.
Su único objetivo es satisfacer su necesidad erótica obsesiva. La adicción sexual se manifiesta por un patrón de descontrol en la conducta sexual, los cuales se alternan con periodos de calma relativa.
Estas infidelidades son cometidas por personas que están acabando su relación, pero no tienen valor para dejarla definitivamente. Necesitan a alguien externo que les ayude a pasar el mal rato, y la utilizan para no sentirse solos.
Soy Carmín