Un informe sobre financiación sanitaria de la Organización Mundial de la Salud muestra que la inversión pública ha mejorado en los últimos años, pero aún sigue habiendo una enorme brecha entre los países ricos y los más pobres. Solo un 20 por ciento de la población mundial vive en países ricos, pero estas naciones hacen el 80 por ciento de la inversión mundial en salud. Además, el dinero que pagan los pacientes y la cantidad de ayuda exterior han disminuido recientemente.
Cien millones de personas son arrastradas cada año a la pobreza extrema por no poder hacer frente a los gastos médicos, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud sobre financiación que analiza datos de 2016.
Aunque la inversión pública en sanidad ha mejorado recientemente, alcanzando los 7,5 billones de dólares, un 10 por ciento del Producto Interior Bruto mundial, todavía es insuficiente.
En todo el mundo, los Gobiernos cubren un 51 por ciento del gasto sanitario en los países, mientras que los pacientes pagan un 35 por ciento de sus bolsillos a través de la sanidad privada.
La OMS apunta a una tendencia al alza en inversión que es especialmente notable en los países de ingresos bajos y medios donde ha crecido un 6 por ciento anual, comparado con un 4 por ciento en los países ricos. Además, en los países en desarrollo ha disminuido la dependencia de la ayuda externa, aunque ha aumentado en los más pobres.
En los países de ingresos medios, el gasto público per cápita se ha duplicado desde el año 2000.
El informe concluye que la financiación sanitaria se está transformando:
La financiación externa (ayuda) representa menos de un 1% del gasto total.
MoverRadio – Gina Caldera