El Citibank tomó control de toneladas de oro venezolano, luego de que el Banco Central (BCV) del país no recomprara este mes el metal que garantizaba un préstamo, y ahora planea venderlo y depositar el excedente en una cuenta bancaria, según fuentes conocedoras de la operación.
Venezuela ha recurrido al oro de sus reservas para obtener efectivo, ya que viene sufriendo desde 2015 una caída sostenida de sus ingresos petroleros, su mayor fuente de divisas, en medio de una profunda crisis económica. Sin embargo, a partir de 2017 sólo ha podido recuperar parcialmente los lingotes en juego.
Bajo los términos de la operación acordada con Citibank en 2015, Venezuela debía pagar antes del 11 de marzo de 2019 1.100 millones de dólares del préstamo total de 1.600 millones para recuperar parte del oro en una recompra, dijeron cuatro fuentes, que pidieron el anonimato. El monto restante vence el año que viene.
Citibank tiene planeado vender el oro en garantía -equivalente a 1.358 millones de dólares- para cobrarse el primer tramo adeudado, y depositar unos 258 millones restantes en una cuenta en Nueva York, de acuerdo con dos de las fuentes.
La capacidad de pago del gobierno socialista de Nicolás Maduro se ha complicado no sólo por la situación económica, sino también por una serie de sanciones financieras de Estados Unidos y países de Europa que no lo reconocen como mandatario legítimo después de haber ganado su reelección en cuestionados comicios.
En la peor crisis política del país petrolero en décadas, el opositor Juan Guaidó, jefe del parlamento, fue proclamado en enero presidente interino invocando artículos de la Constitución tras acusar a Maduro de ilegitimidad. Estados Unidos y decenas de naciones lo reconocieron y piden a Maduro dejar el poder.
Como parte de los intentos de Guaidó y su entorno de tomar control de los activos de Venezuela en el exterior, pidieron en febrero a Citibank una periodo de gracia de 120 días antes de la fecha de la recompra. Pero tres de las fuentes, del entorno de Guaidó, dijeron que el banco no respondió al pedido.
“El acuerdo para esta recompra de oro ya se venció y el BCV no cumplió”, apuntó una de las fuentes consultadas.
Una cuarta fuente del gobierno venezolano familiarizada con la operación confirmó que el Banco Central no transfirió el dinero este mes para cumplir con el acuerdo con Citibank.
En un informe presentado al regulador estadounidense en febrero, Citibank había dicho que el acuerdo con Venezuela le dio “toda la propiedad y derechos legales sobre el oro por los 1.600 millones de dólares”.
El Banco Central no respondió de inmediato a una solicitud de información sobre este caso y Citibank declinó comentar.
¿IMPOSIBILIDAD O ESTRATEGIA?
En otro acuerdo similar con el Deutsche Bank, el Banco Central venezolano había pagado a fines del 2018 unos 700 millones de dólares en busca de recuperar los lingotes en garantía para unos préstamos.
El oro en respaldo para esa operación fue depositado en el Banco de Inglaterra. Aunque los lingotes volvieron a registrarse como reservas de Venezuela, quedaron detenidos en la entidad inglesa pese a los pedidos de la autoridad monetaria venezolana para repatriarlos.
Debido a esta experiencia, las fuentes creen que hay pocos incentivos para que el Banco Central venezolano recompre el oro al banco estadounidense.
Guaidó ya ha tomado control de un complejo refinador de la estatal PDVSA en Estados Unidos, Citgo, y busca congelar cuentas bancarias y barras de oro en el exterior propiedad de Venezuela.
Citgo, el principal activo de Venezuela en el exterior, sirve de garantía de un bono de PDVSA y de un préstamo de la petrolera rusa Rosneft.
Por eso los asesores de Guaidó estudian pagar en las próximas semanas 72 millones de dólares en intereses del bono PDVSA 2020 y así evitar un embargo sobre Citgo, dijeron las fuentes del entorno de Guaidó, sin aclarar de dónde provendría el dinero.
ABRIENDO EL PARAGUAS
Frente a la posibilidad que contemplan de que pueda ocurrir una transición política, el equipo de Guaidó ha tenido reuniones preliminares con asesores legales en Estados Unidos para un eventual proceso de reestructuración de la deuda externa y estar preparados ante cualquier acción hostil de los acreedores, según dos de las fuentes opositoras.
La intención es estar listo para negociar no sólo con tenedores de bonos venezolanos, sino también con gobiernos prestamistas como los de China y Rusia, y con empresas afectadas por la ola de nacionalizaciones bajo el chavismo.
Venezuela enfrenta incumplimientos de bonos por unos 60.000 millones de dólares desde el 2017. Pero además firmas como Conoco y Crystalex reclaman millonarias indemnizaciones tras la decisión del fallecido presidente Hugo Chávez, que antecedió a Maduro, de excluirlas de proyectos petroleros y mineros.
“Queremos abordar la deuda de manera integral. Calculamos que alcanza unos 200.000 millones de dólares”, apuntó una de las fuentes del entorno de Guaidó, a quien Maduro considera un títere de Estados Unidos, país al que acusa de querer sacarlo del poder para apoderarse de las riquezas petroleras.
Reuters