Representantes de China y Estados Unidos concluyeron el viernes una nueva ronda de negociaciones comerciales en Pekín para superar la áspera disputa que enfrenta a los dos gigantes y tiene en vilo a la economía global.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthtizer, «y yo concluimos conversaciones comerciales constructivas en Pekín. Espero dar la bienvenida al viceprimer ministro chino, Liu He, para seguir con estas importantes discusiones en Washington la próxima semana», escribió en Twitter el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin.
Los dos gigantes buscan superar diferencias. La principal queja estadounidense es que China utiliza prácticas desleales de comercio, como los enormes subsidios a sus empresas y la transferencia forzada de tecnología extranjera.
En Washington, el presidente Donald Trump mencionó varias veces la proximidad de un acuerdo, pero los negociadores han minimizado la posibilidad de un entendimiento inminente.
«Las dos partes continuaron avanzando durante las discusiones sinceras y constructivas sobre las negociaciones y los próximos pasos importantes», afirmó la Casa Blanca en un comunicado el viernes.
Liu encabezará la delegación china en la nueva ronda de conversaciones, prevista para la próxima semana en Washington.
Las dos delegaciones mantuvieron el jueves sus primeros contactos de la ronda en una cena de trabajo de la que nada se filtró, excepto un comentario de Mnuchin: «Tuvimos una cena muy productiva ayer por la noche».
– Aranceles que seguirán activos –
En la capital estadounidense, el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo el jueves a la prensa que las conversaciones podrían extenderse por semanas o meses en caso de que sea necesario.
Por su parte, el ministerio chino de comercio expresó en una nota que hay «una gran cantidad de trabajo» por hacer antes de un acuerdo.
Estados Unidos y China se impusieron mutuamente aranceles por valor de 360.000 millones de dólares, aunque los dos países acordaron una tregua en diciembre para dar una oportunidad a los negociadores.
Sin embargo, Trump sugirió la semana pasada que algunos de esos aranceles podrían permanecer aún en caso de un acuerdo, para garantizar que China cumpla su parte.
«Tenemos que ver qué ocurre y nos vamos a renunciar a nuestra ventaja», dijo Kudlow.
«Esto no significa necesariamente que todos los aranceles se mantendrían, pero algunos de ellas sí lo harán», comentó el funcionario a Bloomberg.
La insistencia de Estados Unidos en mantener el primer tramo de aranceles del 25% sobre las importaciones chinas por un valor de 50.000 millones de dólares podría ser un escollo para un acuerdo, según los analistas.
Es difícil de prever si China aceptará un acuerdo que deje activos parte de los aranceles, dijo el economista Cui Fan, de la Universidad de Negocios y Economía de Pekín.
Trump y el presidente chino, Xi Jinping, acordaron en diciembre una tregua y llamaron a «alcanzar un acuerdo tan pronto como sea posible en la dirección de una suspensión mutua de los aranceles punitivos aplicados por los dos lados», dijo Cui.
China, sin embargo, ha adoptado medidas respecto a las críticas estadounidenses.
A inicios de marzo, el Parlamento chino aprobó súbitamente una ley que protege a firmas extranjeras de la necesidad de transferir tecnología, una de las principales quejas de Estados Unidos.
Además, China aumentó sus compras de productos agrícolas estadounidenses, en especial soja.
Se espera que enormes compras de productos estadounidenses sean parte del acuerdo que está siendo negociado para reducir el gigantesco déficit comercial estadounidense con China, que alcanzó 419.200 millones de dólares el año pasado.
AFP