La propaganda comunista en los dos siglos que van desde la aparición del manifiesto comunista, el capital de Carlos Marx, viene mutando, para lograr prolongarse en el tiempo de forma tranquila y sin reproche por parte no sólo de las naciones, sino de los intelectuales y religiones del mundo. Sus partidarios y proponentes han tenido la sutil cualidad de pasar desde los más recalcitrantes y ortodoxos manuales totalitarios y estatistas a los más ligeros y tolerantes principios liberales de la democracia moderna.
Actualmente se observa como en la región latinoamericana, el comunismo preestablecido en los manuales del manifiesto comunista de 1848, el Capital y otras obras de Marx y sus apóstoles, ha sido y es implementado en casi todos los países de forma subyacente o patentemente como por ejemplo Venezuela, llevando no sólo a la ruina al país, sino a la disipación de la sociedad como estrategia para la instauración del modelo estatista y totalitario del comunismo.
Sobre la prolongación del socialismo hay mucho que escribir, pero hay que tener bien claro, que esta ideología, fue a través del marxismo que logró penetrar las mentes de la sociedades en su imaginario colectivo, y es así como ha venido flagrando la tierra de excesos y crímenes a lo largo de la historia, devastando sociedades enteras como si éste fuese el fin último: la autodestrucción de la sociedad y con ellos de sus valores, símbolos y avances sociales en materia de civismo, ciencia y religión.
La ideología comunista no nace con Marx, como se pretende hacer ver, sino que éste sombrío representante fue el que logró combinar una serie de proposiciones, reglas y políticas que permitieron a regímenes que lo antecedieron mantenerse en el poder, bajo un modelo totalitario de una forma sistemática, en verdad Marx, fue un gran observador y profundo investigador de profundas erudiciones generales, que si bien hubiese sido utilizado tales cualidades para bien de la humanidad, hubiese sido loable aquel esfuerzos, pero los hechos vienen a lo largo de dos siglos demostrando que tal ilustración ha sido la ruina de innumerables naciones y más de 100 millones de muertos en manos de regímenes socialistas, que siguen sin la correspondida justicia histórica. ¿Por qué? Porque en la humanidad siempre va a existir el deseo de unos mantenerse el poder de forma perenne e incondicional.
Es más que sabido que la propaganda comunista se ha valido de su penetración en la educación, la cultura, la religión, economía, estamento militar, y por ende así en todos los espacios del individuo al punto de no existir un sólo ámbito de no haber sido tocado por la idea de un Estado concentrado en manos de unas pocas personas a expensas y anchas del ideal del Estado Planificador y concentrador de las estructuras de la sociedad libre, abierta y desarrollada.
Albert Geovo / Abogado, Maestrando Ciencias Políticas / albertgeovo@gmail.com / @aegeovo