En horas de la madrugada del pasado martes 12 de marzo, allegados al funcionario de Politáchira, Leider Dirinoth García Rangel, de 30 años de edad, informaron de su deceso en un centro asistencial del Cúcuta, Colombia, donde se encontraba luchando por su vida, luego de que el 23 de febrero fuera herido de un balazo en el tórax, por un civil armado, presuntamente de los llamados colectivos, en San Antonio del Táchira, municipio Bolívar.
Inicialmente se dijo que tras su ingreso al Hospital Central de San Cristóbal, por parte de paramédicos de Protección Civil Táchira, García Rangel había fallecido horas después, pero esto fue desmentido por sus familiares que a la vez, solicitaron ayuda para contribuir en su recuperación.
Informaron en ese momento que aunque en estado muy delicado, el joven policía estaba luchando por vivir, pese a los graves daños que el proyectil causó en su cuerpo. Este martes en la madrugada, la muerte ganó.
Hace unos ocho días, el policía fue trasladado hasta la frontera a fin de tramitar su hospitalización en un centro asistencial de Cúcuta, por cuanto en el Hospital Central de San Cristóbal, pese al esfuerzo médico, no se contaba con los medicamentos e insumos que necesitaba.
En vista de que las autoridades venezolanas, en este caso la GNB apostada en la línea limítrofe se negó a dejar que lo pasaran por el puente, sus familiares se vieron obligados a hacerlo por una trocha.
Con una sábana como camilla, el convaleciente funcionario fue llevado a territorio colombiano con apoyo de la Policía de ese país, penosa situación que se evidenció en un video grabado por una televisora neogranadina, y que fue publicado por el diputado a la Asamblea Nacional, Franklyn Duarte.
El oficial García Rangel se encontraba de permiso ese sábado 23 de febrero, sin embargo, fue una de las personas que salió a la calle para exigir el ingreso de la ayuda humanitaria al país.
En una de las tantas arremetidas que ese día sufrieron los vecinos del barrio Ricaurte por parte de grupos de civiles armados, éste fue herido en el tórax, sin embargo su juventud y ganas por vivir lo mantuvieron con vida por más de 15 días, en algunas oportunidades con leves mejorías,
La víctima estaba a la espera de la baja que como policía había solicitado a Politáchira, y se convirtió en la única víctima fatal de la situación violenta registrada ese día, y que dejó, según las autoridades, más de 200 heridos, 180 de ellos a balazos, otros a perdigonazos, por objetos contundentes y algunos asfixiados por efecto de los gases lacrimógenos.
La Nación