Independiente de lo que suceda al final, el fenómeno Guaidó ha tenido su atractivo original y su transcendencia en un momento muy delicado para la República. No sabríamos distinguir que nació primero, si la distinción a la Presidencia de la AN o si todo se produjo en su misma instalación. Luego de estas dos situaciones, Guaidó salió encaramado sobre una tribuna alta y bien protegida, tal significa el apoyo de más de cincuenta países que le dan una buena misión hacia su futuro. Aparte de esto, dos detalles muy llamativos se dan de inmediato: primero, el apoyo popular se dio con gran acogida e importante volumen y, segundo, Guaidó es mucho más de lo que parecía, es decir, ha resultado un político dinámico, audaz e interesante.
En efecto, Juan se ha desenvuelto como todo un político mayor en tan difícil prueba. Su aplomo y singular compostura, su simpatía lo envuelven de inmenso recurso carismático lleno de fuerza y fortaleza. Por otra parte, el lenguaje a la altura de su marco académico legislativo. Así, el joven y fresco dirigente, luce serio y se nota preparado para llevar a cabo una tarea que no es fácil, que necesita coraje y mucha mediación importante. Por añadidura, debe manejarse sobre un puente internacional exigente que le ha tendido una alfombra de confianza plena y pisos firmes de países de los cuales ninguno es el suyo. Esto lo tiene que asumir con valentía, constancia y disciplina. Se nota que el apoyo del pueblo está logrado y su campo decisivo global, también.
Ahora bien ese aliento y virtuosa decisión de los países más desarrollados y democráticos del mundo que juntan en sus dimensiones las de mayor porción de población del planeta, se están moviendo con conceptos difíciles y compromisos donde el apoyo se tiene con tal fuerza que se manejan todas las opciones que valen la pena limpiar de conflictos si se moderan con templanza las formas y modos mas pacíficos que se plantean dentro del juego democrático sano y pulcro que la democracia facilita. El asunto está dirigido a solventar y dar cabida a una salida negociada como toca a los ambientes civilizados y que los políticos están obligados a aplicar para resolver los problemas de los pueblos y garantizarle a esos pueblos que la democracia va y está y, por tanto, la solución debe aparecer en sus contenidos.
Por cierto, la semana pasada, Guaidó visitó Brasil, Paraguay y Ecuador. Antes había estado en Colombia. También se reunió con el Vice-Presidente de los Estados Unidos, el Sr. Pence, el Grupo de Lima y la Unión Europea. Todos están contentos por los documentos presentados por Guaidó y por la forma y modos de manejar estas relaciones y procesos. Guaidó quien tiene 36 años de edad, es de profesión Ingeniero Industrial graduado en la Universidad Andrés Bello. Habla inglés, debido a que hizo estudios de post grado de Public Administration en George Washington University, cosa que le permite comunicarse con la mayoría de sus apoyos. Es menester añadir que se ha desempeñado con mucho éxito en las tareas y asignaciones que le han acordado dar desde la AN durante los años del ciclo legislativo. Su performance distingue su trabajo como lo demuestra su escogencia cono dirigente de esa importante institución del foro venezolano. Por los resultados, sus compañeros le reconocen su atrevimiento, habilidad y liderazgo.
Entonces Guaidó, con su humildad y sencillez, su discurso animado y armonioso, sin arrogancias ni pedanterías, se ha hecho acreedor del cariño de la región política y especialmente del pueblo venezolano. De si, su discurso y lenguaje ha sido respetuoso, sin gritos pero con mucha concordancia, aclamando, con diáfanas palabras, lo que se propone conseguir y las razones legales y políticas de su empeño. Así mismo, Guaidó ha resultado un magnifico diplomático que se acompaña de su esposa y familia. Su sonrisa es afable y su sentido del humor moldea su gentil personalidad. Su ingeniería industrial abarca los campos industriales y las empresas administrativas y, desde luego, el manejo del personal especializado o no. Su pudor está por encima de los máximos exigidos. Sencillamente, Guaidó está preparado para salirse con la suya. Está inspirado y la población se nota regia con él. Su tiempo luce presente.
En lo demás no queremos meternos. Pero si tu le preguntas al gobierno, el opositor es apátrida, traidor y rompeolas. Si es al contrario, la oposición, en boca de Vicente Díaz, claro y prudente ex rector del CNE, comenta que la institución electoral ha sido abusiva y permisiva. Si le preguntamos al candidato del PSUV, diputado Rodríguez, contesta que todo se hizo como era necesario. Mientras tanto, el pueblo no haya que hacer porque al final nada tiene ni le toca, pero lo peor sigue llegando.
Luis Acosta