Nos entristecimos al ver cómo en los momentos que afectó la falla eléctrica nacional un botellón de agua potable subía de 2mil bolívares a 10, 20, 30mil o más. Tampoco faltó el “vivo criollo” que cobró por cargar celulares, por refrigerar los alimentos de otros, quienes cobraban por cocinar a gas la comida de los que no tenían el vital servicio… al ver la conducta de estas personas, con insoportable dolor en el pecho, llegamos a pensar ¡Este país merece al chavismo!
Sin embargo, en el deambular por la ciudad, escudriñando por las calles más ocultas tratando de encontrar alimentos y demás productos que sobran en todos los países de la región, menos en Cuba y en este país colonizado por ellos, también nos topamos con gente honesta, infatigable a la hora de generar los cambios que merecen, familias enteras dedicadas a las faenas de llenar con agua filtrada y gratuitamente los botellones de los sedientos, ciudadanos desviviéndose por cargar las baterías de los celulares sin cobrar un céntimo a sabiendas que en esos momentos la comunicación con los seres queridos era esencial, tampoco faltaban quienes de corazón prestaban sus cocinas, sus neveras y hasta quienes obsequiaban comida… nos dimos cuenta que ese país es mayoría y que por nada del mundo se merece el chavismo.
Brilló la desinformación oficial oportuna y veraz, como siempre “la culpa fue de otros” a pesar que para nadie es un secreto la destrucción del sistema eléctrico nacional por corrupción atroz e ineptitud, así como hicieron mismos deshonores a Pdvsa, al sistema de salud, al educativo, al de transporte y al vial, en fin… a todo lo que tocan, son como “El Rey Midas” pero con efecto inverso, todo lo que tocan lo vuelven m…..
Esos que usufructuaron despreciable provecho de las necesidades y del dolor de sus prójimos les importa un comino el país, más bien, desean continúe “Cuesta abajo en su rodada” como diría Gardel, así poder seguir convirtiendo las lágrimas de los sufridos en beneficios propios. A esos no les importan las leyes, la democracia, absolutamente nada de lo que ponderan los hombres de bien.
Ese es el exacto reflejo de una dirigencia política nauseabunda, que siembra el odio, la mentira, que ve su sostenibilidad en la creación de necesidades, que empobrece para manipular, una casta aferrada a la castración de derechos y libertades, que hace de las excusas falaces su modus vivendi. Un mal ejemplo que replican los inmorales, esos gobernantes y seguidores son los verdaderos culpables de este país arrastrado a la miseria… miseria material y humana.
Pero lo dicho, los buenos son más, inquebrantables. Así, como sobraron las buenas costumbres, el honor y la rectitud en los días de sombras, es menester que en quienes recae el protagonismo de propiciar los cambios necesarios emulen estas acciones que emergen desde el seno mismo de una sociedad hastiada de tanta maldad, la patria requiere hechos, ya basta de predicas que se erosionan.
Aunque se palió la falla eléctrica (propensa a repetirse) el país sigue sumergido en una espesa tiniebla, un derrotero colmado de injusticias e ilegalidades, de inquerencias. Se necesita el concierto de toda la gente buena de este país que es la inmensa mayoría, decirle NO y evitar los abusos, los atropellos, la evasión de la ley, frenar a quienes se benefician del dolor y la tragedia. Así, continuarán sumándose buenas voluntades de la diplomacia mundial a nuestra buena causa. El camino es empinado, pero se acerca a su final, como siempre, los buenos se alzarán triunfantes ante el mal ¡Venezuela está renaciendo!
Leandro Rodríguez / @leandrotango