El 22 de marzo del 2000 nació en la ciudad de Puerto Ordaz, Estado Bolívar, Andrew Villalba Rangel un bebé de grandes ojos color café, con una sonrisa que tenía el poder de derretir al más gruñón y quien fueseel corazón del hogar hasta que llegaron sus hermanos menores con quienes aprendió a compartir sus afectos por medio de las enseñanzas cristianas inculcadas desde muy pequeño.
“Amarás a Dios, nuestro Dios, sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo” le repitió su mamá Ninosca a sus niños hasta el cansancio. El recordarles las palabras de Jesucristo fue una forma de incitarlos al bien constante y en todas circunstancias. Así, Andrew creció como un joven respetuoso a quien le gustaba colaborar en la casa e ir a la iglesia.
El 23 de enero cuando millones de personas salieron a marchar a nivel nacional para apoyar a Juan Guaidó él se quedó en casa ayudando a su padrastro con unos trabajos de carpintería, les urgía terminar un pedido para poder cobrar el dinero, por lo que se entregaron a su faena hasta la noche que fue a despejar la mente en casa de un amiguito de 14 años con quien solía ir a jugar pelota.
Al poco rato, llegaron los familiares de su compañero muy felices y llenos de esperanza por haber salido a apoyar a Guaidó quien se apegó a los artículos 233, 333 y 350 de la Constitución que establecen que ante la falta absoluta del Presidente de la República el Presidente de la Asamblea Nacional se debe encargar de la Presidencia de Venezuela.
Desafortunadamente, aquella celebración duró muy poco, dado que aquel grupo de manifestantes fue secuestrado por la GNB quienes se llevaron incluso a los adolescentes que ni siquiera habían salido aquella tarde. Fueron trasladados al aeropuerto de Ciudad Guayana donde les entraron a palazos y amenazaron de ser violados si lloraban. Andrew intentó abogar por uno de los muchachos que sufría de ataques epilépticos por lo que recibió más golpes y burlas. Luego los dejaron 48 horas de pie y reubicados en el Destacamento de Sidor.
De esa manera, aquellos jóvenes inocentes entraron en la lista de los 320 detenidos a nivel nacional solo el 23 de enero lo que hizo que se elevara el número de presos políticos a casi mil personas lo que el Foro Penal calificó como el más alto en los últimos años de represión.
En aquella pesadilla Andrew recordó los pasajes bíblicos en el que Jesucristo fue torturado y humillado, simplemente por hablar de Dios, por lo que oró diciendo: “Señor, tu sufristeun calvario por amor. Dame fuerzas para soportar todo esto,ayúdame a ser un digno discípulo tuyoy confiar más en Tien medio de esta tormenta.”
Andrew estuvo varios días en una celda 2×2 con varios reclusos sin poder sentarse ni acostarse hasta que le permitieron ejercer su derecho de tener un defensor privado quien habló con el capitán para que saliera a hacer las reparaciones que necesitaba el lugar.Su trabajo se lo dedicó a Dios por su libertad y por volver a estar en los brazos de su mayor bendición: su mamá.
El pasado 10 de abril ese sueño se hizo realidad pero a medias. Andrew volvió a casa con su familia con una medida cautelar y sentenciado a 4 años y 8 meses siendo totalmente inocente. Duerme en su cama, come con sus padres y hermanos mientras se esfuerza en llevar una vida normal a pesar del terror que siente de que lo vuelvan a secuestrar.
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Nasbly Kalinina / @nasbly