Los datos de la nave espacial Gaia de la ESA, que traza mapas de galaxias, han revelado por primera vez cómo las enanas blancas —restos muertos de estrellas como nuestro Sol— se convierten en esferas sólidas a medida que el gas caliente dentro de ellas se enfría.
Este proceso de solidificación, o cristalización, del material dentro de las enanas blancas se predijo hace 50 años pero, actualmente, los datos precisos de la Gaia permitieron a los astrónomos observar una suficiente cantidad de estos objetos para detectar el patrón de este proceso.
Las enanas blancas son restos de estrellas medianas similares a nuestro Sol. Una vez quemado todo el combustible nuclear de su núcleo, se despojan de sus capas externas y dejan atrás un núcleo caliente que comienza a enfriarse.Se estima que hasta un 97% de las estrellas de la Vía Láctea acabará convirtiéndose en enanas blancas, mientras que las estrellas más masivas acabarán siendo estrellas de neutrones o agujeros negros.
El Sol todavía tiene unos 10.000 millones de años antes de convertirse en una ‘bola de cristal’. No obstante, es poco probable que los seres humanos en la Tierra sobrevivan tanto tiempo para presenciar este evento apocalíptico.
En 2016, los astrónomos adelantaron cómo el Sol acabaría destruyendo la vida en la Tierra al convertirse en una estrella gigante roja en 5.000 millones de años.
En noviembre, el Dr. Iain McDonald, científico de la Universidad de Cardiff, señaló que los devastadores choques de nuestro planeta con asteroides ya han tenido lugar en el pasado y volverán a suceder en el futuro.
El jefe de la empresa espacial SpaceX, Elon Musk, y el científico Stephen Hawking hablaron varias veces sobre lo vital que era para los seres humanos convertirse en una especie interplanetaria en el futuro.
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