Una denuncia llegó a la Fiscalía General de la República de Venezuela, sustentada en que unas 228.294 armas y municiones han desaparecido de los parques de armas, polvorines de la Fuerza Armada y los cuerpos policiales de Venezuela, a la par que proliferan los grupos de civiles armados en el territorio, publica Infobae.
El director general de FundaRedes, profesor Javier Tarazona Sánchez, consignó, ante el Ministerio Público, la lista de los seriales de las 228 mil armas identificadas una a una por la marca, el modelo, el serial y tipo de arma, advirtiendo que “muchas de ellas han servido para la comercialización o entrega a grupos irregulares, bandas criminales, hampa común, entre otras organizaciones ilícitas”.
Destacó que “los efectivos militares ven con indignación cómo, por órdenes superiores, son entregadas armas a grupos irregulares colombianos”, a la vez que pregunta los fusiles que fueron retirados de las Fuerzas Armadas por la compra de armamento nuevo. Teme que puedan estar en la data de las más de 228 mil armas como solicitadas.
El director general de FundaRedes, quien ha estado atento a lo que ocurre en la frontera, especialmente de Venezuela con Colombia, asegura que existen testimonios de algunos integrantes de los grupos irregulares colombianos, quienes han sido detenidos en la frontera, que dan cuenta de que muchas de las armas en su poder han sido extraídas del parque de armas venezolano.
Le preocupa a Tarazona que no haya respuesta oficial que explique dónde y quién tiene estas armas registradas como solicitadas. Insiste en preguntarse si estarían en manos de los mal llamados colectivos y de los milicianos para la defensa de la revolución.
“¿Acaso estas armas –se pregunta FundaRedes- están siendo usadas por grupos irregulares para asesinar a ciudadanos en Colombia, tal como lo denunciara el Fiscal General del vecino país? ¿El arsenal que maneja los grupos irregulares colombianos que operan en Venezuela, en más de 12 estados, documentados por nuestra organización, son parte de ese número?”.
Recuerda que, desde 2017, FundaRedes ha realizado denuncias ante el Ministerio Público venezolano, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de la Defensa, así como ha consignado evidencias de actas policiales donde se cuantifican los faltantes de armas en las guarniciones militares.
“Lamentablemente hasta la fecha no hemos conocido de investigaciones que hayan generado resultados reales para alcanzar una solución o, por lo menos, que busquen mitigar esta situación y mucho menos de actos y acciones conclusivas que den con el paradero de estas miles de municiones y armas de guerra que por distintas vías han llegado a manos de diferentes organizaciones criminales que hacen vida en territorio venezolano”.
Le exigió a la Fiscalía General de la República que realice las investigaciones pertinentes para garantizar la seguridad y soberanía de los venezolanos, así como de los derechos humanos. Tal como lo contempla la Declaración Universal de los Derechos Humanos, además de restituir los derechos conexos que se están violentando no solo en el sector fronterizo, sino la sociedad más vulnerable del país.
Colectivos
El surgimiento de numerosos grupos de civiles armados, en defensa de la revolución, se ha convertido en un problema de orden público. Cada vez que hay manifestaciones o protestas, aunque sea de vecinos reclamando los suministros de gas, combustible o por la escasez de alimentos y medicinas, hacen su aparición los mal llamados colectivos, quienes con armas en mano ejercen medidas de amenaza y coerción contra los manifestantes.
En el Gobierno Nacional hay funcionarios, entre ellos Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, que defienden airadamente la existencia y apoyo a los grupos colectivos, pero también hay quienes, como el ministro de la Defensa Vladimir Padrino López, ha manifestado que la Fuerza Armada enfrentará a todos aquellos grupos de irregulares armados que estén en territorio venezolano, aunque los militares en general no dan muestras de enfrentar a los civiles armados y, por el contrario, hay oficiales quienes los apoyan y los refugian en instalaciones militares.
En múltiples videos y fotografías se ha visto a los civiles armados, algunas veces encapuchados, ejerciendo actos de presión y amenazas contra manifestantes, periodistas y dirigentes políticos. Una de las preguntas no contestada es de dónde obtienen esos grupos el armamento, algunas veces de guerra, que portan en los eventos públicos.
El país sigue esperando la respuesta, pero principalmente la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), responsable de la defensa del territorio y la soberanía.
La Patilla