La administración de Donald Trump se dispone a anunciar este lunes que va a poner fin a las exenciones a las sanciones a algunos importadores de petróleo iraní y que comenzará en mayo a aplicar esos castigos a los que compren crudo al régimen de los ayatolás. La decisión, adelantada por el Washington Post, ha provocado una fuerte subida del precio del crudo, que ha alcanzado máximos anuales, por encima de los 73 dólares el barril de Brent, un nivel que no conocía desde noviembre del año pasado.
La decisión estadounidense supondría un recorte de facto de la oferta, lo que ha sacudido el mercado del petróleo, con alzas del entorno del 3%, de modo que tanto el barril de petróleo Brent como el Texas tocan máximos de hace seis meses. En el caso del Brent, el barril cotiza a 73,8 dólares, aunque ha superado por momentos los 74,3, precios que no había alcanzado desde el comienzo de noviembre de 2018. En el caso del Texas, cotiza a 65,5 dólares el barril, máximo desde el 31 de octubre de 2018.
Según la información del diario estadounidense, corroborada después por otros medios, EE UU anunciará hoy que todos los compradores de petróleo iraní deberán parar sus compras en breve, o serán sancionados. Pone fin así a las exenciones a esas sanciones que la administración estadounidense concedió a determinados países el pasado mes de noviembre, cuando anunció que abandonaba de forma unilateral el pacto nuclear de 2015 alcanzado entre Teherán y seis potencias internacionales y volvía a poner en marcha un régimen sancionador contra quienes comerciasen con el régimen de Teherán.
Ocho países -China, India, Japón, Corea del Sur, Italia, Grecia, Turquía y Taiwan-, figuraban en la lista de excepciones, que ya se anunció que durarían unos pocos meses. Un columnista del diario estadounidense asegura que las excepciones finalizarán el próximo 2 de mayo. La intención de Trump es elevar al máximo la presión económica sobre Irán endureciendo el embargo, especialmente en el caso del petróleo, su principal fuente de ingresos. Irán promedia en abril unas ventas de cerca de un millón de barriles de crudo al día, algo menos que en marzo y menos de la mitad de los 2,5 millones que llegó a exportar antes de que Washington volviese a imponer sanciones.
El Gobierno chino, uno de los mayores importadores de petróleo iraní, ya ha expresado su oposición al anuncio estadounidense, que le afectaría en buena medida. El portavoz del ministerio de Exteriores, Geng Shuang, ha reiterado que China se opone permanentemente a las sanciones unilaterales de EE UU sobre Irán y que la cooperación bilateral con Irán es siempre de acuerdo a la ley.
Al presumible recorte de oferta que supondría el fin de las exportaciones iraníes se suman este año otros factores que están contribuyendo al alza del precio del petróleo, que comenzó el año en apenas 45 dólares (el Brent). El nuevo repunte de la inestabilidad en Libia o la situación en Venezuela, así como el reciente recorte de producción acordado por la OPEP, aumentan la presión por el lado de la oferta, tirando del precio hacia arriba, lo que choca, en todo caso, con el deseo de Trump de contar con petróleo barato, para lo cual tendrá que apoyarse en el mayor productor mundial, Arabia Saudí, intentando convencer a Riad de que aumente la producción.
El País