Brasil no cederá en su “presión” para que los militares venezolanos faciliten la caída del Gobierno de Venezuela presidido por Nicolás Maduro y apoyen al líder opositor Juan Guaidó, explicó este viernes el canciller brasileño, Ernesto Araújo, en una entrevista con Efe en Budapest.
“Todo es válido (cuando de trata de presión) y todo converge en el sentido de que la comunidad internacional no va a volver atrás. Pase lo que pase, no dirá que ‘bueno, no resultó’”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores en castellano.
“Nosotros seguiremos haciendo mucha presión diplomática, intentando por ejemplo poner representantes de Guaidó y no de Maduro en organismo internacionales”, añadió tras reconocer que entre los países hay diferentes posturas sobre las estrategias para conseguir un cambio de Gobierno en Caracas.
En este contexto, el jefe de la diplomacia brasileña recordó que ya se ha logrado que Guaidó, reconocido ya como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, tenga un representante ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El ministro de Jair Bolsonaro explicó que parte de la estrategia de su Gobierno es mantener “una permanente presión para que los militares venezolanos sientan que pueden hacer una opción por el Gobierno que consideramos legítimo”.
Araújo destacó que conoce personalmente a Guaidó, a quien dice admirar “por el trabajo que hace, por el coraje que tiene y por su capacidad de liderazgo y de movilizar a la gente en condiciones tan adversas”.
“Nuestra idea general es que Guaidó es el presidente encargado legítimo. Tiene que ser parte de una solución”, insistió.
Por otro lado, al referirse a la gira europea que empezó el martes en Italia y que lo llevará a Polonia, resaltó la “afinidad” que tiene el actual Gobierno de Brasil con los de esos dos países y el de Hungría.
“Son tres países con los que tenemos agendas políticas y económicas muy importantes”, con Gobiernos que comparten “una afinidad a nivel de concepción del mundo”, indicó al aludir, evidentemente, a la orientación nacionalista y derechista de Brasilia, Varsovia, Roma y Budapest.
El primer ministro húngaro, el nacionalista Viktor Orbán, fue el único jefe de Gobierno de la Unión Europea (UE) que participó en la investidura del presidente Bolsonaro en enero pasado.
Según Araújo, que se reunió hoy con su homólogo húngaro, Péter Szijjárt, la visión común sería la de “una democracia auténtica donde el pueblo se moviliza para defender sus valores de manera más directa y no a través de un filtro de una opinión muy controlada por los medios por una cierta visión predominante en los círculos intelectuales”.
Indirectamente, el ministro admitió que la citada “afinidad” no se da con todos los países, aunque ello no impide que Brasil mantenga también buenas relaciones también con las demás naciones y puso como ejemplo Alemania, al destacar la “excelente interacción” que tuvo con su homólogo germano, Heiko Maas, la semana pasada en Brasil.
Eso sí, está claro, para el ministro, que el hecho de compartir una orientación más afín abre “una posibilidad de construir más”: “Nos ofrece un campo muy prometedor para trabajar”, dijo.
En todo Occidente se observa “la recuperación de una soberanía popular y de una idea de nación, de pertenencia a una nación y de construir una sociedad económicamente efectiva, pero con bases en las identidades fuertes”, resaltó el canciller latinoamericano.
Araújo reveló que Budapest y Brasilia están planificando una visita de Bolsonaro a Hungría, en una fecha aún por definir.
EFE