Una pequeña ballena blanca de los océanos fríos, alimenta las fantasías desde que apareció en el extremo norte de Noruega, de ser «espía».
El cetáceo tiene alrededor de su cuerpo un arnés al que se le podría enganchar una cámara. Fue detectado a fines de abril por pesqueros noruegos a la altura de Hammerfest, una de las ciudades más septentrionales del mundo, en las puertas del Ártico.
“La escena, filmada por agentes de la Dirección de Pesca noruega, que inspeccionaban la zona, da claramente el sentimiento que el animal, poco salvaje, está acostumbrado a la compañía humana”, escribe el medio bogotano.
El Espectador, de Colombia.