El trato inhumano y la violación de los derechos fundamentales de las personas están en la base de los conflictos internos de los pueblos, así como de los conflictos entre las naciones. Una relación invariable: generado un trato inhumano, la consecuencia inevitable es la alteración de la paz. Dicho de otra manera, la paz está garantizada con el tratamiento respetuoso entre los seres humanos, y entre los pueblos.
La Declaración Universal delos Derechos Humanos, aprobada por Naciones Unidas en 1948, hace ya siete décadas, es un documento vivo, de alcance universal y de máxima importancia para la humanidad, con validez plena de sus postulados.Es el documento político más traducido en el mundo, puede ser leído en 375 idiomas distintos. Sus principios se consideran normas de Derecho Internacional, y encierran los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales básicos, con los que deberían contar todos los seres humanos.
En la Venezuela de hoy, el ciudadano no goza de sus derechos fundamentales. Basta leer el artículo 1° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para percatarnos de que en nuestro país se profesa otra cosa: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. En Venezuela se nos divide entre revolucionarios y escuálidos, los segundos no son libres ni iguales en dignidad y derechos a los primeros; tampoco se nos ordena comportarnos “fraternalmente los unos con los otros”, sino que se ordena guerra, gas del bueno y discriminación absoluta contra quienes se oponen al régimen, a pesar de que el artículo 2 de la Declaración establece que no habrá “distinción alguna fundada en la condición política” u otra.
El Artículo 3 es inexistente en Venezuela, donde se ha sembrado la cultura de la muerte: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
En estos días llegó a mi WhatsApp un video que se hizo viral. Un guardia nacional azotaba con un palo por la cabeza, espalda y glúteos a unos chamitos, a unos jóvenes aprehendidos en una manifestación en ejercicio del derecho que tienen a desconocer y manifestar contra el régimen. Se ningunean las disposiciones de la Declaración Universal que comentamos: “Nadie será sometido a tortura, ni a penas o tratos crueles, ni inhumanos o degradantes”, ni “podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”. “Toda persona tiene derecho a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial”, y “a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”. “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación”. “Toda persona tiene derecho a la propiedad” y “derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.
Tal vez los más violados son los derechos políticos: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento”, “a la libertad de opinión y de expresión”, “a la libertad de reunión y de asociación pacífica”, “a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos”. La disposición más olvidada: “la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público”.Los derechos humanos, la eterna lucha. Venceremos, y será pronto. Llega el tiempo de la dignidad para los venezolanos.
Paciano Padron / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano