Brasil impedirá el ingreso al país a hinchas violentos y aplicará tecnología de reconocimiento facial en los estadios durante la Copa América que se iniciará el 14 de junio.
El gigante sudamericano no es ningún novato en gestionar megaeventos deportivos: organizó la Copa Confederaciones 2013, el Mundial-2014 y los Juegos Olímpicos de Rio-2016, sin mayores sobresaltos.
“Con toda nuestra experiencia, puedo garantizar que tenemos condiciones totales para tener una Copa América segura”, dijo a la AFP César Martinez, director de Operaciones Integradas en el Ministerio de Justicia y Seguridad.
Filtros contra los barrabravas
La Copa América 2019 se disputará del 14 de junio al 7 de julio por diez selecciones de la región y los invitados Japón y Catar, en cinco ciudades: Rio, Sao Paulo, Porto Alegre, Salvador y Belo Horizonte.
Además del cuidado especial que requieren las delegaciones deportivas, las autoridades y los turistas, el foco estará puesto en impedir que los barrabravas se cuelen en la fiesta.
El primer filtro será en los aeropuertos, puertos y fronteras terrestres. Los hinchas con antecedentes de violencia en sus países serán frenados en el control migratorio.
Argentina proporcionó una lista de 5.000 barrabravas. Esa base de datos, junto con la de otros países, “se actualiza diariamente”, dijo Martinez.
El segundo filtro estará en los estadios, que contarán con tecnología de reconocimiento facial.
“Trabajamos en asociación con los organismos de seguridad pública e Interpol para impedir que un individuo indeseado, que ya haya causado disturbios o pueda causarlos, entre en los estadios”, dijo Hilario Medeiros, gerente de Seguridad del Comité Organizador Local (COL) de la Copa América.
La vigilancia en los estadios estará a cargo de 10.000 agentes de seguridad privada contratados por el COL, informó Medeiros. Los alrededores serán vigilados por las policías de cada estado.
La presencia de hinchas violentos “será uno de los principales desafíos”, pero “los equipos de seguridad tuvieron un aprendizaje significativo durante los últimos grandes eventos”, dijo a la AFP Caio Torres, especialista en seguridad de Control Risks en Sao Paulo.
El esquema incluye un estudio cuidadoso de los trayectos de los autobuses de deportistas y aficionados, teniendo en cuenta los incidentes registrados durante la final de la Libertadores en 2018 en Buenos Aires, cuando el carro que trasladaba a los jugadores de Boca fue apedreado por hinchas de River y el partido debió suspenderse para disputarse semanas más tarde en Madrid.
Batallón canino y francotiradores
Aeropuertos, hoteles, centros de entrenamiento, estadios, rutas de las delegaciones, puntos turísticos y de aglomeración de público tendrán la seguridad reforzada.
Muchas medidas ya han sido puestas en práctica de forma discreta en partidos de la liga brasileña o de la Libertadores, de acuerdo con la prensa local.
El juego de apertura Brasil-Bolivia, el viernes en el estadio Morumbi de Sao Paulo, tendrá un dispositivo reforzado, debido a la posible presencia del presidente Jair Bolsonaro. La protección del mandatario es más rigurosa desde la puñalada que estuvo a punto de costarle la vida durante un acto de campaña en septiembre pasado.
Perros del Batallón de Acciones con Canes (BAC) husmearán las instalaciones en busca de posibles bombas y habrá francotiradores posicionados dentro y fuera del estadio.
“Nuestro servicio de inteligencia estudia todas las hipótesis y estamos preparados para enfrentar cualquier emergencia”, pero no se ha detectado hasta el momento ninguna señal de preparación de atentados, aclaró el jueves el general Carlos Sérgio Cámara Saú, coordinador del centro de Operaciones Integradas de la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo.
A diferencia de los Juegos Olímpicos de 2016, esta vez no habrá militares patrullando Rio de Janeiro. Las Fuerzas Armadas podrían actuar “en casos excepcionales”, afirmó César Martinez, pero “no está prevista su actuación en el plan normal”, indicó.
La venta de bebidas alcohólicas en los estadios, permitida en el Mundial-2016, quedará esta vez a criterio de cada estado. En Sao Paulo, por ejemplo, estará prohibida.
Llamados a la huelga
Los sindicatos brasileños llamaron a una huelga general el viernes 14, jornada inaugural de la Copa, contra la reforma de las jubilaciones propuesta por el gobierno. Se ignora por el momento si el movimiento será seguido y si habrá protestas.
Pero para Caio Torres, no existe un riesgo similar al de 2013, cuando millones de manifestantes salieron a las calles durante la Copa Confederaciones para protestar contra el derroche de dinero público en megaeventos deportivos en un país con enormes desigualdades y servicios públicos de mala calidad.
“Por el momento no parece haber una identificación entre la insatisfacción de la opinión pública y la Copa América, como ocurría en 2013”, apuntó el especialista.
AFP