Edicto del Pueblo Venezolano. Por Leandro Rodríguez (@leandrotango)
Es decisión del pueblo venezolano superar el sistema presidencialista, caldo de cultivo de tiranías enmascaradas. Es deber consolidar la división real y equilibrada el poder público nacional, reposar las principales competencias y facultades nacionales en un cuerpo colegiado, no en una individualidad. El sistema parlamentario luce como una opción racional, la figura de un presidente supeditado al parlamento, con facultades estrictamente definidas, se hace imperiosamente necesaria.
La república demanda sobreponerse al nefasto centralismo, las regiones deben gozar de autonomía, elaborar sus políticas y planes de desarrollo conforme a sus necesidades y potencialidades, permitiéndoles producir y disfrutar recursos propios.
La salud, educación, servicios públicos y seguridad ciudadana serán descentralizadas, serán competencia de los estados y municipios.
Los recursos generados por la explotación de las riquezas petrolíferas y mineras del Estado tendrán como fines el desarrollo integral de la nación. Serán distribuidos trimestralmente a las entidades federales y municipios de forma automática y puntual de conformidad a la ley. Su retención o atraso por represalias políticas será considerado un crimen de lesa humanidad.
La recaudación fiscal, dinero extraído del bolsillo de los venezolanos, tendrá como fines indesviables la inversión en los sistemas públicos de salud y educación.
La educación y el trabajo deben ser pilares fundamentales del crecimiento país, asimismo, la institucionalidad, apego a la ley y el profesionalismo, deben regir inexorablemente las actuaciones de los entes públicos nacionales, regionales y locales.
La democracia, sus libertades y derechos, es y será el sistema de gobierno insustituible de la nación, el Estado debe velar por el pleno disfrute de sus bondades.
En las relaciones internacionales se privilegiará trato e intercambio económico, político y social con las naciones democráticas del mundo.
La voluntad del pueblo es el mandato superior, a través de elecciones transparentes, directas, universales y secretas, dará sustento a las instituciones del Estado. Solamente el pueblo de Venezuela, a través del sufragio, podrá elegir los titulares de los poderes ejecutivos y legislativos nacionales, regionales y locales.
La Fuerza Armada Nacional, en atención a su auténtico legado histórico, tendrá exclusivamente el excelso deber patrio de salvaguardar la seguridad y defensa de la nación, así como velar por el estricto cumplimiento del texto constitucional y el espíritu democrático de quienes cumplen funciones públicas. Será una institución profesional y apolítica, al servicio del pueblo venezolano, quienes promuevan parcialidad alguna no podrán formar parte de ella.
Las libertades de prensa, opinión, información y expresión, en afinidad a lo establecido en la carta magna y al espíritu democrático, son irrevocables, no podrán ser condicionados bajo ningún pretexto. El organismo previsto para la observación de estas libertades será descentralizado, su directiva estará conformada por partes iguales entre representantes del sector público, sector privado y sociedad civil, en aras de garantizar su imparcialidad.
Bajo ningún concepto se permitirá ejercer un mismo cargo de elección popular por tercer periodo, solo se permitirá una sola reelección inmediata o posterior.
Los delitos de corrupción serán considerados crímenes de lesa humanidad.
La actividad agrícola y pecuaria será considerada actividad prioritaria, de interés superior, en aras de garantizar la seguridad alimentaria de la nación.
Las libertades económicas no podrán ser conculcadas, apuntarán al crecimiento y al bienestar de la nación en firme alianza entre el las autoridades civiles, productores, comerciantes y consumidores.
Es pilar fundamental del Estado venezolano el respeto a la diversidad del pensamiento humano.
Leandro Rodríguez Luengo / @leandrotango
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