Las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y el ELN llevan casi un año paralizadas, con un atentado de por medio que rompió la mesa de diálogo, pero la última guerrilla de América confía en que pronto ambas partes se sentarán a conversar.
«Mantenemos una esperanza cierta de que está más cerca el día en que el gobierno de [Iván] Duque replantee su posición negativa frente a los diálogos», dice a la AFP el jefe de la delegación de diálogos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Pablo Beltrán.
Él y una decena de miembros de su delegación están en Cuba desde mayo de 2018. La isla fue elegida como sede para continuar las conversaciones iniciadas en 2017 en Ecuador, con el entonces gobierno de Juan Manuel Santos, quien ya había sellado la paz con la guerrilla FARC.
Pero, tras la llegada de Duque al poder en agosto de 2018, la mesa quedó congelada y luego se desactivó en enero por el atentado del ELN contra una academia policial en Bogotá que dejó 22 muertos.
Beltrán cree que la mesa se retomará a pesar de todo porque Duque ya tiene abiertos demasiados frentes, entre ellos su resistencia a implementar el acuerdo que convirtió a las FARC en partido político.
Además está el flanco con la Venezuela en crisis de su vecino Nicolás Maduro. Duque es un activo impulsor de un cambio de gobierno en Caracas, con el apoyo de Washington.
«El gobierno tiene muchos problemas y hacer un viraje de ser tan reactivo al proyecto de paz le puede dar un margen de gobernabilidad. Pensamos que es lo mejor que podría hacer, dejar de tener tantos flancos de combate», explica Beltrán.
– Problemas con los acuerdos –
Duque llegó al poder con la promesa de modificar el pacto con las FARC y las condiciones de las negociaciones de su antecesor Santos, premio Nobel de la Paz 2016, con el ELN.
«Es una desgracia lo que está ocurriendo». El proceso de paz está «en el punto más bajo de los siete años», sostiene Beltrán.
En ese camino, el congresista Jesús Santrich, miembro del partido procedente de las FARC, fue detenido tras un pedido de extradición de Estados Unidos, que lo acusa de narcotráfico. Aunque luego fue liberado por la justicia y asumió su bancada.
«Si extraditan a Santrich, ¿quién de ellos (los dirigentes de FARC) se va a presentar a darle continuidad al proceso de paz fallido por órdenes de Washington?», agrega Beltrán.
Ante esa situación, dice, es comprensible que Iván Márquez y otros dirigentes de la exguerrilla hayan desaparecido.
Beltrán recuerda además que desde la firma del acuerdo van centenares de líderes sociales asesinados: 462, según el ombudsman.
El representante del ELN culpa a «una alianza de fuerzas estatales y paraestatales» que necesitan territorios, defendidos por líderes sociales, para grandes proyectos extractivos.
– Niega lazos con Venezuela –
Beltrán admite que en el ELN hay sectores muy críticos frente a los ataques que sufre el proceso. «Pero nos han dicho que no nos levantemos de la mesa. El pueblo colombiano quiere pasar la página de la guerra», insiste.
Niega, eso sí, que se hayan desplazado a Venezuela o que reciban apoyo de Maduro. La inteligencia colombiana afirma que cerca del 45% de los 2.300 combatientes del grupo guevarista se refugian en territorio venezolano.
«Tropas no hay. A veces (se pasa) cuando estamos muy apurados en la frontera, en la Guajira, allí el límite es una línea imaginaria y no se sabe dónde es cada país», cuenta.
Descarta que el ELN tenga reuniones con las autoridades o fuerzas armadas venezolanas. «Los canales oficiales se cortaron una vez que Colombia cortó relaciones con Venezuela [en febrero], y eso implica que deja de ser garante del proceso de paz», detalla.
– Noruega, una vía –
Tras el atentado Duque exigió a Cuba la entrega de los negociadores, pero el gobierno de La Habana recordó que, en caso de ruptura de diálogos, existe un protocolo de retorno de las delegaciones.
«No hay reclamo (contra Cuba) en la misma intensidad, hoy. Hay un grupo de países garantes que firmó unos protocolos que dicen que así haya ruptura en las conversaciones, están comprometidos para el retorno de la delegación (a sus campamentos). Noruega y Cuba mantienen ese compromiso».
Precisamente, ve en Noruega un posible protagonista en el diálogo, del mismo modo que está mediando entre oposición y gobierno en Venezuela.
«Noruega está comprometido en el proceso con el ELN», comentó.
De firmarse la paz, insiste Beltrán, «las armas guerrilleras no tienen sentido, pero mientras siga el exterminio, nos están recordando que tenemos que seguir en la resistencia».