Carlos Molina, dirigente de Primero Justicia en Carabobo, aclaró que la escalada de la crisis que se vive en Venezuela, no obedece a las sanciones impuestas por Estados Unidos.
“Debemos recordar desde cuándo son las sanciones, para ver si el cuento comienza allí”, aseveró el también abogado y profesor universitario
Sostuvo que la crisis se ve reflejada en la escasez de alimentos, medicamentos, gas doméstico, apagones constantes, falta de agua o cualquier cosa que sea necesaria para cubrir las necesidades diarias.
“Además de la falta de empleos, la hiperinflación de un millón por ciento que significan una pobreza aplastante, y el aumento de la opresión del Gobierno que impiden el ejercicio de los derechos humanos básicos”.
El dirigente hizo un recuento cronológico de las sanciones aplicadas contra funcionarios del gobierno de Maduro.
A su juicio, las sanciones iniciaron el 12 de septiembre del 2008, cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ordenó congelar cualquier cuenta bancaria o bienes que el ex ministro de Interior, Ramón Rodríguez Chacín, y el director de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), Hugo Carvajal, y Henry Rangel Silva, pudiesen tener bajo jurisdicción estadounidense, declarando la existencia de evidencias de que apoyaron materialmente a las FARC.
Recordó que si se va a fechas más cercanas el 8 de enero del 2019, el Departamento del Tesoro emitió nuevas sanciones contra siete figuras relacionadas con el gobierno venezolano. “Cabe indicar que el problema ha sido que el régimen de Nicolás Maduro ha violado los derechos humanos de los venezolanos y destruido la democracia, por lo que solo busca escurrir el bulto”.
“Las sanciones contra él y su gobierno, nada tienen que vincularse contra el Estado venezolano. Es necesario entender que mientras más se persiga a los que nos están quitando la libertad, más cerca vamos a estar de poder conseguir un mecanismo para que podamos recobrar nuestra democracia y nuestra libertad”.
Recordó las palabras de su compañero de partido Juan Miguel Matheus dirigidas a buscar cultivar esperanza en todos los venezolanos, expresadas por su Santidad Juan Pablo II, las cuales nos enseña que “el mal, aunque lo parezca, no prevalece sobre el bien”.
La Calle