Reforma reglamentaria. Por Luis Barragán (@LuisBarraganL)

La dictadura no cesa ni cesará en el asedio sistemático al parlamento, por más diálogos que se le antoje convocar. Lo golpea sin rubor alguno, con el descaro de sus abusos, tratando de siquitrillarlo al detal, pues, no se atreve al cierre definitivo que la expondrá ante el mundo, como si ya no estuviera expuesta.

De un momento a otro, reducido cada vez más el quorum, por obra de la persecución, se incorporará el chavismo a las sesiones plenarias que abandonó en 2017. Tiene por ventaja que nunca se aclaró el estatus jurídico y administrativo de los que más nunca se aparecieron en la cámara, aunque en lo personal tenemos la convicción de un efectivo abandono, sin mediación de permiso alguno, por no citar la pérdida de la investidura gracias al tal artefacto constituyente que los reclutó.

Ante cualquier eventualidad, ya se anuncia una suerte de parlamento virtual. No conocemos todavía con exactitud la idea anunciada desde la Comisión de Política Interior, pero – adelantándonos – resulta insuficiente y quizá insostenible: al parecer, CONATEL lo decidirá.

Luce interesante, realista y pertinente, la propuesta del abogado zuliano Sergio Urdaneta para una reforma del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional que descansa en definiciones muy puntuales, como el de la crisis institucional, el vacío de poder, los impedimentos para que funcione el parlamento y la Comisión Delegada. Entre otras observaciones, nos permitimos añadir que dicha Comisión debe reorganizarse para expresar a todas las corrientes que, sin excepción, fueron votadas en los comicios de 2015.

Luego, hay una distancia entre el parlamento que ha de sobrevivirle a la dictadura y el meramente virtual que, apenas, la Fracción Parlamentaria del 16 de Julio conoce a través de los medios. Sobre la materia, con la prontitud deseable, hay tela que cortar con el cuidado de no errar.

Luis Barragan / Diputado AN / @LuisBarraganL