Ya es tiempo de llamar las cosas por su nombre, en Venezuela desde hace 20 años no se instauró cualquier tiranía, de haber sido así hace rato nos hubiésemos librado de ella, concretamente en 2002 cuando se derrocó a Chávez, sin embargo, como principal característica de este patibulario régimen, se usufructúa furtivamente de herramientas democráticas a pesar de ser el némesis de ese sistema, usa elecciones, diálogos, pactos, acuerdos y todo aquello que le puede atribuir réditos, con ellos gana tiempo mientras tras bastidores continúa imponiendo sin descanso su proyecto, lo que en Venezuela se instauró se llama ¡Castrismo!
En su isla lleva 6 décadas a pesar de no poseer riquezas, siempre ha dependido de un protectorado en términos económicos, primero la Unión Soviética, luego algunos socios comerciales europeos, hasta llegar a su gallina de huevos de oro, la Venezuela de Chávez, ahora de Maduro. Aquí lleva dos décadas, a diferencia de Cuba, en Venezuela sí existen inconmensurables riquezas, he allí su fortaleza distintiva, permitiéndose financiar mecanismos de manipulación social, ciertos apoyos internacionales, pero principalmente consolidando certeros mecanismos de represión, supresión de libertades y perseguimiento a la disidencia.
Ahora bien, tanta ha sido su torpeza en materia de corrupción y desidia que ha llevado su agónica sobrevivencia a una insana ecuación; mientras más se esfuerza para mantener innaturalmente el poder la calidad de vida del pueblo decae en misma proporción, en cuanto sus dramáticos desaciertos no solo lo afectan a él, las sanciones económicas y financieras de la que es merecedor por violar todo el espectro constitucional y democrático repercuten negativamente en la población, sí bien es cierto las riquezas de la nación aún las controla el castrismo devengándoles importantes recursos, éstos no son destinados a la atención de las necesidades del pueblo sino a su aferrada subsistencia en el poder, por eso vemos la flexibilización del control de cambio a fin que privados puedan importar, por ejemplo, alimentos, pero a una taza cambiaría cada vez más elevada producida por la escasez de divisas a consecuencia de la asfixia comunistoide del aparato productivo criollo, por eso la hiperinflación… culpa 100% de los rojos rojitos.
Todos los escenarios concluyen, a consecuencia exclusiva de sus propios actos, en la inevitable salida del poder del castrismo venezolano, los escenarios que prevemos:
Como se aprecia, la vía electoral no figura en la lista de escenarios, nos parece inviable toda vez que la visión electoral constitucional/transparente de la oposición implicaría la extinción del castrismo por lo cual jamás la aceptará, y la visión de régimen implicaría un más de lo mismo agravado. He allí nuestra opinión.
Leandro Rodríguez / @leandrotango