A través de sus cuentas de Twitter e Instagram, la subdelegación Ureña del Cicpc publicó las fotografías e información personal de dos hombres, a los que señala de estar presuntamente implicados en los recientes casos de decapitaciones registrados en esa población fronteriza.
Con el tradicional encabezado de “Se busca por terrorismo y extorsión”, las imágenes dan cuenta de dos hombres, de 20 y 27 años, identificados respectivamente como M. Pinillos, alias Turry, y H. Cárdenas, alias el Mono.
“¡Atención Venezuela! Estos delincuentes, de la banda paramilitar “Los Urabeños”, son responsables de múltiples asesinatos en la frontera colombo-venezolana. Activemos la inteligencia popular! Para cualquier información, comuníquense a los números: 0276-787.14.94 y 0412.685.41.22”, señala textualmente.
Mientras que a cada imagen le agregan “Paramilitar perteneciente a la banda Los Urabeños, comandados por el Paisa, implicados en decapitaciones en la frontera”.
Por su parte, Freddy Bernal, protector del Táchira, hizo lo propio al repostear la información en sus cuentas personales de redes sociales.
Dichas publicaciones evidenciarían que las investigaciones adelantadas por la subdelegación Ureña, en cuanto a la autoría y/o complicidad en los atroces crímenes de cuatro hombres decapitados (uno en junio y 3 la primera semana de julio), habrían determinado la supuesta responsabilidad de los dos hombres en mención.
Vale informar que hasta la fecha no han sido identificadas ni han hallado los cuerpos de las tres últimas víctimas, con cuyas cabezas –en dos costales- fueron sorprendidos cinco hombres que se movilizaban por una trocha que desde El Escobal-Colombia conduce al municipio Pedro María Ureña.
Las mismas permanecen congeladas en la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, a la espera de que algún familiar o allegado pueda reconocerlas a través de fotografías. Se cree que los tres hombres eran venezolanos, provenientes de un estado central u oriental.
La víctima de decapitación, del mes de junio, cuya cabeza fue lanzada a una instalación militar de Ureña, sí fue identificada y entregada a sus familiares, que aseguraron que trabajaba en la frontera como “caletero”. Se trataba de Ever Báez, tenía 29 años y era de Palmira, municipio Guásimos.