Un vecino del barrio de Clapham, en el sur de Londres, tomaba el sol el pasado domingo en el jardín a primera hora de la tarde cuando algo cayó desde el cielo. El inquilino de la casa colindante acudió alertado por el ruido. Al asomarse a la ventana descubrió que un cuerpo humano se había estrellado apenas a un metro de distancia de su vecino. Se trataba, según ha informado la policía, de un supuesto polizón, que habría viajado en el compartimento del tren de aterrizaje de un avión de Kenya Airways que había partido de Nairobi con destino al aeropuerto londinense de Heathrow.
«Al principio, pensé que era un vagabundo que dormía en el jardín», explicó el testigo. «Miré más atentamente y vi que había sangre en todos los muros del jardín», dijo. «Entendí rápidamente que había caído». El cuerpo se estrelló con tal fuerza que dejó un agujero en el césped y en una losa del jardín, según una imagen publicada por The Sun. Su vecino estaba «conmocionado».
Los investigadores encontraron en el tren de aterrizaje de la aeronave una bolsa, agua y comida, lo que refuerza la idea de que se trataba de un polizón. Un portavoz de la aerolínea informó de que el avión en cuestión había realizado un vuelo de ocho horas y 50 minutos y expresó su pesar por la muerte de esta persona, cuya identidad de momento se desconoce, aunque las primeras informaciones apuntan a que se trata de un varón. «Kenya Airways trabaja estrechamente con las autoridades en Nairobi y Londres mientras investigan a fondo este caso», añadió la fuente de la compañía aérea.
En estos últimos años han ocurrido varios incidentes similares alrededor de Londres. En 2012 el cuerpo de un hombre originario de Mozambique fue localizado en una acera de East Sheen (sur de Londres), caído de un vuelo de British Airways procedente de Angola. Ese mismo año se encontró un cadáver en el tren de aterrizaje de un avión que había aterrizado en Heathrow tras un vuelo procedente de Johannesburgo. En 2015 un hombre fue hallado muerto en el tejado de un edificio en Richmond.
El País