Este viernes un futbolista brasileño condenado por asesinato salió de prisión después de pasar nueve años tras las rejas, y deberá cumplir el resto de su sentencia de 22 años en arresto domiciliario.
Bruno Fernandes de Souza, exportero del club Flamengo, fue encarcelado en 2010 por haber ordenado el asesinato de Eliza Samúdio, la madre de su hijo. La fiscalía señaló que la mujer le había exigido a Souza el pago por manutención del menor.
Los investigadores explicaron que no fue posible hallar el cuerpo de Samúdio, debido a que fue desmembrado y dado como alimento a unos perros.
El exarquero había sido liberado por un tecnicismo en febrero de 2017 y jugó algunos partidos para el club Varginha. Sin embargo, el máximo tribunal brasileño le ordenó regresar a prisión semanas después.
Meridiano