“No hemos podido resolver. Vamos a bajarnos del avión para ver si se compone”, escucharon este miércoles los pasajeros del Airbus A380, el avión comercial más grande del mundo que aterrizó en Venezuela el pasado domingo 14 de julio, que haría su primer vuelo de la mano de Aerolíneas Estelar.
Los usuarios que habían adquirido sus boletos aéreos con anticipación fueron notificados el lunes 15 de julio sobre un cambio de itinerario en el vuelo Caracas-Madrid debido a que la aeronave presentaba defectos. El vuelo planificado para ese día fue cambiado para el miércoles sin mayores explicaciones.
El reclamo de los pasajeros llegó a las oficinas de Estelar. El personal de la empresa aérea venezolana no había hecho las notificaciones correspondientes a las agencias de viajes e insistieron en que la aeronave presentaba un “desperfecto”.
Muchos de los usuarios aún desconocían que el avión en el que se trasladarían era el mismo que “orgullosamente” había recibido el gobierno de Venezuela un día antes. Lo supieron vía redes sociales.
Con el nuevo itinerario en mano se concentraron los pasajeros en la fila de chequeo para lo que sería el vuelo inaugural del Airbus A380 el miércoles 17 de julio. Cuatro horas luego de abordar se les notificó nuevamente sobre fallas en el avión.
Eran las 10 de la noche y la aerolínea no respondía por los inconvenientes. Les dieron dos opciones a las pasajeros: sacar todas las maletas o seguir esperando por la reparación del avión. Finalmente, fueron trasladados a un hotel para regresar al aeropuerto este jueves.
“Sigue la historia. No se pudo arreglar el avión y ahora dicen que hay que esperar por una pieza que viene desde España para ver cuándo saldríamos”, fue la última información que recibieron.
El avión más grande del mundo sigue varado en el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía y ahora es parte del caos que reina en el terminal aéreo por la crisis en el sector.
La Patilla