Rom Roath Neary, una niña de dos años, falleció en la ciudad de Siem Reap (Camboya) tras caer a un recinto repleto de cocodrilos y ser devorada por esos animales el pasado 30 de junio, informan medios locales.
La familia de la víctima posee una granja de cocodrilos detrás de la vivienda en la que reside. Así, la pequeña se acercó al lugar donde sus parientes crían esos reptiles mientras su madre atendía a otra bebé recién nacida y atravesó un cerco construido para impedir el acceso a los niños.
Cuando su padre regresó a casa, buscó a la menor por toda la propiedad y, finalmente, encontró su cráneo en el recinto de los cocodrilos.
Esta noticia causó gran conmoción la sociedad camboyana: numerosos usuarios expresaron sus condolencias a los afectados en las redes sociales y pidieron a las familias que crían cocodrilos que sean más cuidadosas.
RT