El principal facilitador de las negociaciones entre el gobierno y la oposición de Venezuela minimizó la decisión del mandatario Nicolás Maduro de no participar esta semana en una nueva ronda de conversaciones.
En una entrevista con The Associated Press, Dag Nylander, del Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, dijo que está en contacto con ambas partes para encontrar una nueva fecha para reanudar las conversaciones que buscan abrir un proceso de diálogo y lograr una salida pacífica a la crisis venezolana.
Maduro dijo el miércoles por la noche que decidió no enviar delegados a la isla caribeña de Barbados, donde se reanudarían las conversaciones el jueves, en protesta por la decisión de la administración de Donald Trump de congelar todos los activos del gobierno venezolano en Estados Unidos y permitir al Departamento del Tesoro sancionar a cualquier persona, empresa o entidad que ayude a la administración venezolana. Asimismo, el mandatario decidió someter a revisión el mecanismo de las conversaciones que comenzaron en mayo y que se habían retomado el julio tras varias semanas de suspensión.
Al condenar las nuevas sanciones Maduro afirmó que Estados Unidos “se volvió loco y metió una puñalada trapera al alma de Venezuela, a la vida económica de Venezuela”, y acusó a la oposición de aplaudir las medidas.
En abierto reto a sus adversarios, el gobernante izquierdista instó a la oficialista Asamblea Nacional Constituyente y al resto de los poderes públicos a activar una “contraofensiva” para “hacer justicia frente a los vende patria y los traidores a la patria”. “¿Quieren batalla? Vamos a la batalla pues. Estamos listos”, agregó.
“Noruega está facilitando el proceso de negociación a solicitud de los principales actores políticos en Venezuela y programa todas las reuniones en función de la disponibilidad de las partes”, dijo Nylander. “Estamos en contacto con ellos con respecto a las próximas reuniones. La facilitación continúa bajo el principio de que a las partes les gustaría y que hay perspectivas realistas, de una solución negociada que pueda beneficiar al pueblo venezolano”, precisó.
Del lado de la oposición la decisión del gobierno fue recibida entre críticas. Al reiterar que seguirán trabajando “en todos los tableros”, que incluyen el mecanismo de Oslo, el jefe de la delegación opositora y vicepresidente de la Asamblea Nacional, Stalin González, afirmó que el gobierno de manera reiterada dice que cree en la paz y en el diálogo y “a las primeras de cambio le temen a la posibilidad de un verdadero cambio político”.
Asimismo, el diputado y dirigente opositor, Alfonso Marquina, afirmó el jueves que con el retiro del proceso de diálogo el gobierno demostró que “no tiene voluntad de buscar una solución a la crisis, sino que utiliza la negociación o el diálogo como un mecanismo para ganar tiempo”.
Las sanciones de Washington fueron rechazadas el jueves por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien manifestó su profunda preocupación por el “impacto potencialmente severo” que tendrían las medidas en los derechos humanos de los habitantes de la nación suramericana azotada por una profunda crisis económica con una hiperinflación de seis dígitos, una severa escasez de alimentos y medicinas y una fuerte recesión.
Bachelet dijo en un comunicado que temía que las sanciones “tengan implicaciones mayores en los derechos a la salud y a la alimentación, en particular en un país donde ya existe una seria situación de escasez de bienes esenciales”.
AP