El presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, dijo este miércoles que seguirán en el proceso de diálogo con el oficialismo en Barbados pese a “compartir las dudas” que expresaron algunos de sus aliados internacionales.
Al ser consultado sobre las dudas mostradas por el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, respecto a las conversaciones auspiciadas por Noruega, Guaidó reconoció que comparte “el escepticismo no solamente mostrado por el embajador Bolton”, sino también por otros aliados.
En este sentido, indicó que también han expresado sus reticencias sobre ese “mecanismo” el canciller de Perú, Néstor Popolizio, y los integrantes del llamado Grupo Internacional de Contacto.
Guaidó insistió en que la estrategia para alcanzar “el cese de la usurpación”, es decir la salida del poder de Nicolás Maduro, “la hemos planteado los venezolanos” y además cuenta con “el acompañamiento del mundo”.
Señaló que no están “enamorados” de un solo mecanismo para alcanzar sus objetivos, sino que contemplan múltiples opciones “de presión en la calle, de presión internacional, de sanciones, de protección de los activos”.
El diálogo en Barbados, prosiguió, “es un mecanismo que de ser útil lo vamos a utilizar, si no, lamentablemente no funcionará y seguiremos adelante”, y agregó que informará “oportunamente cuando deje de ser útil”.
El lunes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una orden ejecutiva que fija el bloqueo total a los bienes estatales venezolanos en territorio estadounidense, como parte de la estrategia de presión contra el Gobierno de Maduro.
Tanto el oficialismo como la oposición coincidieron el martes en mantener las conversaciones en Barbados, si bien la vicepresidenta Delcy Rodríguez dijo que con la medida Trump le “está pateando la mesa de diálogo”
Guaidó apuntó que “El hambre es por Nicolás Maduro, porque se roban y hacen dinero de la miseria. Si te importa tanto (Maduro) vete, porque se levantan las sanciones”.
Venezuela atraviesa un pico de tensión política desde enero pasado, cuando Maduro juró un nuevo mandato de seis años que no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional, debido a que el gobernante obtuvo la reelección en unos comicios en los que se prohibió participar a los principales líderes opositores.
En respuesta, Guaidó se proclamó como presidente interino de Venezuela y consiguió el apoyo de más de 50 naciones, con Estados Unidos a la cabeza.
EFE