Nicolás Maduro ha señalado que en Pdvsa se desmanteló un tramado de mafias y acusó a Rafael Ramírez de ser “el mafioso mayor”.
“Ramírez es el ladrón mayor, y lo digo con dolor porque estuvo al lado de nosotros. Chávez tuvo confianza en él y burló y traicionó su confianza. Ahora vive en un palacio en Italia, protegido por el gobierno de Estados Unidos”, indicó.
En ese sentido, el exministro de Petróleo respondió a través de un comunicado publicado en su página web y afirmó que estas “infames” declaraciones “amenazan” su seguridad personal y la de su familia.
“Insiste Maduro en acusaciones tan absurdas como estúpidas, diciendo que vivo «en un palacio en Italia», además de pretender que exista el debido proceso en contra de los que han sido acusado-sentenciados por el mismo, actuaciones ilegales que han significado la muerte para tantos venezolanos. Trata de justificar el desastre de PDVSA, su incapacidad para conducir nuestra industria petrolera y su propósito deliberado de privatizarla a favor de su corrupto entorno, acusando a nuestros trabajadores, precisamente de corrupción”, comentó.
Destacó que Maduro sin presentar prueba alguna, reitera “falsedades” en su contra y que a su juicio, “representan prácticamente una sentencia a muerte, dado el contexto de grave violación a los derechos humanos, cooptación de la Justicia, falta de independencia de poderes y alta represión, con especial saña en contra de los chavistas que nos oponemos a su desgobierno”.
“Aunque resultan irrelevante lo que Maduro diga y es poco o nula credibilidad que tiene, no deja de preocupar la obsesión de un personaje que conduce a nuestro país de forma dictatorial y que ha demostrado no tener ningún tipo de escrúpulos ni respeto por las leyes. Hago responsable a Nicolás Maduro de lo que pueda sucederme a mi y mi familia, objeto como somos de su odio irracional. Lo único que tiene pendiente la Revolución Bolivariana es salir de él, restablecer la Constitución y liberar a nuestro pueblo de tanta barbarie y opresión, del peor gobierno de nuestra historia”, aseveró.
A continuación el comunicado completo:
Ante las últimas declaraciones del presidente Maduro en mi contra por irrelevantes que puedan parecer en el actual contexto político, me obligan una vez más a ratificar mi condición de perseguido político del madurismo y a denunciar que la reiterada expresión de infamias de Maduro y su círculo de poder contra mi persona, amenazan mi seguridad personal y la de mi familia.
Insiste Maduro en acusaciones tan absurdas como estúpidas, diciendo que vivo “en un palacio en Italia” , además de pretender que exista el debido proceso en contra de los que han sido acusado-sentenciados por el mismo, actuaciones ilegales que han significado la muerte para tantos venezolanos.
Trata Maduro de justificar el desastre de PDVSA, su incapacidad para conducir nuestra industria petrolera y su propósito deliberado de privatizarla a favor de su corrupto entorno, acusando a nuestros trabajadores, precisamente de corrupción.
Sabe Maduro que ni él, ni su círculo más íntimo podrán poner un pie fuera del territorio nacional porque tendrán que enfrentar todo tipo de juicios por sus acciones criminales y actos de corrupción.
Maduro, sin presentar prueba alguna, reitera falsedades en mi contra que representan prácticamente una sentencia a muerte, dado el contexto de grave violación a los derechos humanos, cooptación de la Justicia, falta de independencia de poderes y alta represión, con especial saña en contra de los chavistas que nos oponemos a su desgobierno, tal y como lo ha demostrado la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la ex-presidenta Michelle Bachelet en su último informe.
En Venezuela la Justicia es la primera víctima del desmontaje de la Constitución y el Estado de Derecho que ha adelantado el madurismo. La Fiscalía se ha convertido en un órgano de ejecución de las venganzas políticas a la orden del Maduro y de los factores de poder del país. En este contexto, repito, la sentencia a priori del jefe del Estado en mi contra, expresada en reiteradas oportunidades, viola mi derecho a la presunción de inocencia, mi derecho al honor y la reputación, mi derecho a la defensa y equivale a una sentencia a muerte.
Hoy día, Maduro envalentonado por el control que tiene de todas las instituciones del país, actúa a sus anchas: miente, acusa, persigue y encarcela a quien él considera sus enemigos, a los que denunciamos el desastre de su gobierno o que le disputamos el poder.
Lo único que tiene pendiente la Revolución Bolivariana es salir de Nicolás Maduro, restablecer la Constitución y liberar a nuestro pueblo de tanta barbarie y opresión, del peor gobierno de nuestra historia.
Aunque resultan irrelevante lo que Maduro diga y es poco o nula credibilidad que tiene, no deja de preocupar la obsesión de un personaje que conduce a nuestro país de forma dictatorial y que ha demostrado no tener ningún tipo de escrúpulos ni respeto por las leyes. Hago responsable a Nicolás Maduro de lo que pueda sucederme a mi y mi familia, objeto como somos de su odio irracional.
Rechazo una vez más categóricamente todas las falsedades de las que me acusa el gobierno de Maduro. Reitero que un Estado como el madurista no garantiza un juicio justo para presentar mis alegatos ante los tribunales del país. La reiterada y permanente expresión de los factores de poder maduristas en mi contra ratifican mi condición de perseguido político por quienes detentan el poder en Venezuela.
Sobre la implosión del diálogo en Barbados
Un diálogo conducido por élites de espaldas al país, no es sostenible. Para el madurismo, las últimas medidas económicas en contra del país, le dan la excusa perfecta para patear la mesa. Al ver que Maduro iba a ser negociado, con apoyo de la FANB que se mostraba favorable a un acuerdo que condujera a una salida electoral, se sirvió de la última vuelta al torniquete de sanciones, para tratar de reacomodar el balance a su favor y enroscarse en el poder.
En la oposición, por su parte, no se sabe bien quién conduce el proceso, entregados como están al supra poder que representan los Estados Unidos, su vulnerabilidad en la negociación estaba clara desde el principio.
El madurismo y la extrema derecha, siguen bloqueando cualquier salida constitucional y soberana a la peor crisis política y económica del país. Ninguno convoca al pueblo, en quien reside la soberanía del país y, sin embargo, es el gran ausente de este proceso.
Nuestro llamado es, una vez más, a conformar una Junta Patriótica de Gobierno con el fin de restaurar la Constitución y avanzar las condiciones que permitan el retorno de la soberanía popular a la conducción de los destinos de Venezuela.
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