A mediados de marzo de este año, la Brigada Canina de la Policía de Chacao, cerró sus puertas debido a que no contaban con los insumos y las condiciones necesarias para mantener a los perros en buen estado.
Lupe Fernández, proteccionista perteneciente al grupo de rescatistas de Chacao, denunció el deplorable estado en que se encontraba la unidad canina K9, como son comúnmente llamados los perros policías, «todos en la brigada se fueron yendo y dejaron a los cuatro canes, encerrados en jaulas de dos por dos, donde pasaron días sin comer y terminaron enfermos».
Según Fernández, en esa oportunidad, el comisionado Valmore Torín de la Policía Nacional Bolivariana, confirmó los hechos ocurridos y autorizó a que se hiciera la entrega de los caninos y mediante unas actas, los mismos fueron donados el 15 de marzo de este año.
Fernández logró quedarse con uno de ellos y con paciencia y dedicación pudo salvar la vida de «Falco», que presentaba un grave estado de anemia y síndrome del colon irritable a causa de la mala alimentación que le daban y a los días que pasó sin comer.
Asimismo, otro de ellos tiene problemas en las articulaciones, el tercero perdió tres dedos en una de sus patas y el cuarto falleció a raíz de una enfermedad no tratada causada por garrapatas.
Al ser perros policías, están entrenados para buscar drogas, personas, explosivos, entre otras cosas. Reciben órdenes en holandés, ya que fueron formados bajo ese idioma y solo atacan si se los pide la persona o guía que esté a cargo.
Actualmente se está exigiendo a Gustavo Duque, alcalde de Chacao, cambiar las ordenanzas para que el municipio sea el primero en sancionar el maltrato animal, «si alguien toca a un animalito, debería pagar una penalización» puntualizó Fernández.
Ella junto con otros rescatistas, piden que la unidad canina cuente con el rango, sueldo y un presupuesto justo para reabrir la brigada.
El Universal