Día a día los estudiantes universitarios desertan de la carrera de ingeniería. La Universidad Experimental Politécnica Antonio de Sucre (Unexpo) está planificando una campaña vocacional para motivar a los bachilleres venezolanos a estudiar ingeniería o carreras relacionadas con la tecnología.
Para Rita Añez, rectora de esta casa de estudios, existe un problema en la motivación de los jóvenes para cursar estas carreras necesarias para el país, pues arrastran deficiencias importantes de la educación media y bachillerato debido a la fuga de profesores y la interrupción de la educación.
Por eso, la rectora de la Unexpo propuso al ente ministerial que se implemente una política a nivel nacional para cubrir las deficiencias de los bachilleres en el área de matemática, previo a la entrada a la universidad, lo cual denominó un “semestre cero”.
La Universidad Simón Bolívar (USB), una de las casas de estudios de Venezuela de mayor reconocimiento internacional por sus egresados en este campo, se plantea estrategias parecidas para solventar el mismo problema. La preocupación principal de sus autoridades es la generación de jóvenes que ingresan desde la Opsu (Oficina de Planificación del Sector Universitario), sistema nacional que garantiza la admisión universitaria a los bachilleres, sin condicionarlos por sus competencias sino por su clase socio económica.
Antes de la implementación de la Opsu, en el 2014, la USB admitía a sus estudiantes mediante pruebas de conocimiento. Hoy en día implementan el Mecanismo para el Empoderamiento de Competencias Educativas (Mece), que consideran una admisión alternativa para aquellos que no ingresan mediante la Opsu.
Sin embargo, de acuerdo con Noticias USB, se está planteando extender el sistema Mece a los ingresados por Opsu de manera que se pueda evaluar si existen carencias en sus habilidades matemáticas, lingüísticas y espaciales, de manera que puedan reforzar estas competencias antes de su ingreso. De esta manera, evitarán un crecimiento en el retiro o aplazo de materias por parte de sus nuevos estudiantes.
Para Reinaldo Martínez, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat, las deficiencias de algunos ingenieros que trabajan en construcciones públicas se hacen notar, incluso después de haberse graduado, pues las fallas en la enseñanza los sigue persiguiendo en la universidad.
“Los docentes capacitados para enseñar ingeniería han emigrado en su mayoría y es poca la supervisión, por parte de los ministerios, del trabajo que realizan sus profesionales. Están más preocupados porque continúen las consignas de las misiones y doctrinas”, precisó.
Títulos de educador en 450 horas
El ingeniero mencionó su preocupación ante la micro Misión Simón Rodríguez que prevé emitir títulos de educador a aquellos que cursen una capacitación de apenas 450 horas.
“Con 450 horas nadie tiene la capacidad de enseñar a construir”.
Después de superar la traba de las primeras materias, Reinaldo Martínez asevera que la educación continúa deteriorándose debido a la escasez de recursos con los que cuenta la universidad para garantizar a sus alumnos un aprendizaje completo, ya que existe un grave problema en surtir de equipos a los laboratorios universitarios. Esto conlleva al déficit académico en cuanto a la investigación. “No se están desarrollando patentes en Venezuela por la falta de presupuesto y la fuga de profesores”.
Además, el colegiado plantea como tercer problema que, por los avances tecnológicos a nivel mundial, debe volver a capacitarse, inclusive, a los profesionales ya graduados y calificados. Martínez recuerda que “para el año 2030 dos mil trescientas carreras relacionadas a la ingeniería y tecnología van a caducar” lo cual obligará a Venezuela a repensar al menos mil carreras generales.
“Los ingenieros tienen que volver a capacitarse en materia de aguas, de tratamiento de cuencas, de cambio climático y tienen que reformarse todos los estudios universitarios”, recomienda.
Por ello el Colegio Nacional de Ingenieros, en conjunto con el Plan País está evaluando una estrategia para que los ingenieros que se han capacitado en el exterior en materia renovable y no renovable, regresen para capacitar a las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, está de acuerdo en que deben cambiar las condiciones que originalmente impulsaron a estos profesionales a migrar.
“Tenemos en Venezuela a ingenieros cobrando salario mínimo nacional, aunque estén intentando ajustarlo en el Colegio, siguen estando muy por debajo del nivel internacional, y las empresas no están capacitadas para pagar más. Ni hay equipamiento, equipos tecnológicos, instrumentación. Y se deben usar instrumentos caducados y ellos son responsables de la estructura de todo el país.”
En la actualidad el Colegio de Ingenieros junto con el Plan País evalúa en la Mesa de Infraestructura de Miranda las siguientes áreas de trabajo para los profesionales técnicos e ingenieros:
-Dotación de agua al país
-Dotación de electricidad al país, incluyendo el trabajo de las telecomunicaciones
-Provisión de alimentos a la población más empobrecida
-Provisión de elementos para cubrir la demanda de Salud
-Plan de empleo masivo con salarios mínimos que cubran las necesidades mínimas de todos los venezolanos
-Readecuación del sistema de transporte, para que no sea dependiente de combustibles fósiles; energía limpia; y rediseño y compacto de las ciudades con desarrollos mixtos.
Efecto Cocuyo