Arqueólogos franceses e israelíes han encontrado los restos de una edificación que coincide con las descripciones neotestamentarias de Emaús, localidad donde Jesús se apareció por primera vez tras su resurrección.
Los expertos han identificado una fortaleza helenística de 2.200 años de antigüedad en la colina de Kiryat Yearim, cerca de Jerusalén, que podría coincidir con el emplazamiento de la localidad bíblica, informó este domingo el diario Haaretz.
Desde 2017, los investigadores habían venido explorando la zona, donde se cree que estuvo guardada durante 20 años el Arca de la Alianza antes de ser llevada a Jerusalén por el rey David. Además, se cree que el sitio pudo albergar un centro de culto o administración israelita en los siglos VIII-VII a.C.
Sin embargo, durante las excavaciones de este verano los especialistas descubrieron evidencias de un segundo conjunto de edificaciones construidas en fases posteriores, concretamente en el siglo II a.C. Los muros de estas construcciones fueron reparados y restaurados durante la época romana, en el siglo I d.C. según el arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv Israel Finkelstein.
Las paredes de la edificación recién descubierta tienen hasta tres metros de grosor y en algunas áreas alcanzan los dos metros de altura. El hallazgo incluye lo que parecen ser los restos de una torre. Los expertos creen que podríamos estar ante la verdadera ubicación de la localidad de Emaús, donde Jesús se apareció a dos de sus discípulos.
«La importancia de este lugar, su posición dominante sobre Jerusalén, se sintió una y otra vez a lo largo del tiempo: en el siglo VIII a. C., nuevamente en el período helenístico y otra vez después de la Primera Revuelta Judía y el saqueo de Jerusalén en el año 70 d.C», explicó Finkelstein a Haaretz.
De acuerdo a los Evangelios, en el camino hacia este sitio, Jesús se apareció por primera vez frente a dos de sus discípulos después de su crucifixión y resurrección. No obstante, se está lejos de un consenso científico. El profesor emérito de historia antigua de la Universidad de Tel Aviv Benjamin Isaac, por ejemplo, considera que se trata solo de una «hipótesis», pues hay al menos otros dos lugares cercanos que también podrían coincidir con los relatos bíblicos.