El canciller chileno, Teodoro Ribera habló con el presidente de la Asamblea Nacional (AN) Juan Guaidó para analizar la situación de Manuel Avendaño, uno de sus asesores, que este viernes ingresó a la embajada de Chile en Caracas en busca de protección.
Según informó este sábado la Cancillería en un comunicado, Ribera llamó a Guaidó para abordar las circunstancias que llevaron a Avendaño a solicitar protección al Gobierno chileno y le reiteró el apoyo del Ejecutivo del presidente Sebastián Piñera a la causa venezolana por la democracia y el restablecimiento del Estado de derecho».
«El presidente Guaidó es consciente de la solidaridad chilena con el pueblo venezolano y nuestro compromiso con la causa para devolverle a los ciudadanos el derecho a vivir de manera pacífica, digna y segura dentro de su patria», señaló el jefe de la diplomacia chilena.
Según Ribera, Guaidó agradeció el «permanente apoyo» de Chile, en especial del presidente Piñera, a la «causa por la democracia». Avendaño, quien ocupa el cargo de coordinador de la Oficina Internacional de Guaidó, ingresó el viernes en la embajada chilena en condición de huésped después de ser acusado por la Fiscalía de su país de tener intención de abandonar el reclamo sobre el Esequibo, una región que se disputa con Guyana desde el siglo XIX.
De esta manera, ya son tres los venezolanos que en estos momentos se encuentran como huéspedes en la residencia de la Embajada de Chile en Caracas.
El fiscal Tarek Saab anunció el viernes la apertura formal de una investigación a Guaidó, Avendaño y la también opositora Vanessa Neumann por estar presuntamente involucrados en una negociación ilegal que pretende desistir del histórico reclamo que tiene Venezuela sobre el territorio Esequibo.
La región del Esequibo está bajo mediación de las Naciones Unidas desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, pero la disputa territorial se agudizó en los últimos años tras el descubrimiento por parte de Exxon Mobil de yacimientos de petróleo en aguas de la zona.
El Gobierno emitió un decreto presidencial en defensa del país, con una demarcación que incluía como propias todas las aguas del Atlántico frente a la costa de Esequibo, una maniobra que generó el rechazo del Gobierno guyanés y disparó la tensión entre las dos partes.
EFE