El teniente coronel retirado del Ejército Luis Alberto Guzmán se queja ante el ministro de la Defensa, G/J Vladimir Padrino López, las condiciones de deterioro en los que se encuentra el Hospital Militar de Caracas “Dr. Carlos Arvelo”, que en el pasado fue una referencia en postgrados y que atraía a estudiantes de todas partes del continente.
El comandante Guzmán, quien es egresado de la promoción 1968 “General Pedro María Freites” de la Academia Militar del Ejército, fue cónsul en Colombia en la época de Hugo Chávez.
Dirigiéndose al titular castrense le dice que el 16 de septiembre 2019 tuvo el infortunio de ser hospitalizado en el Hospital Militar de Caracas “Dr. Carlos Arvelo” por el lapso de 48 horas. La intención fue ser sometido a un examen médico- “Señalo lo de ‘infortunio’ por lo que viví y presencié, que no tiene parangón en el sistema Medico Asistencial de la Fuerza Armada Nacional”.
Es así como el teniente coronel relata que debió esperar diez horas para que le adjudicaran una habitación. “Llegué al Hospital a las 8 de la mañana y la habitación me fue asignada a las 6:00 pm. El burocratismo, la indolencia y la ineptitud pueden más que las normas establecidas para estos procedimientos“.
Durante ese tiempo, según narra, preguntó en reiteradas oportunidades a qué se debía la demora, pero nadie supo darle “una respuesta lógica, convincente y coherente; solamente se me indicaba que debía tener paciencia”.
Luego de la larga espera le adjudicaron la habitación 417, que causó el motivo central de la misiva al Ministro Padrino López. Catalogó ese cuarto como una vergüenza “por el estado deplorable” en la que se encuentra, así como lo demás del otrora gran Hospital Militar.
No hay información, pero sí cucarachas
Enumeró las irregularidades con las que se halló:
1) La puerta de entrada se encuentra descuadrada, lo que dificulta el cierre de la misma.
2) Las ventanas no tienen cortinas a pesar de tener sus respectivos cortineros.
3) El baño no tiene regadera, la cual fue reemplazada por una llave de paso; el bidet para damas no tiene la tapa de la llave de agua por lo que tiene que ser abierto con un alicate.
4) Los timbres de control nocturno no funcionan por estar deteriorados. lo que aísla al paciente con el personal de enfermería, a la hora de una emergencia.
5) El colchón de la cama-clínica se encontraba sucio y deteriorado, sin servicio de cama, el cual debe ser llevado por el paciente cuando ingresa sin que se le dé al paciente la información al respecto.
6) Las lámparas de la mesa de noche y la de lectura carecen de bombillos.
7) El sofá cama del acompañante es un mueble viejo y destartalado, donde las chiripas y cucarachas en horas nocturnas campean por sus fueros; se nota que hace mucho tiempo no fumigan.
6) Relacionado al personal médico y administrativo, es notorio el maltrato manifiesto con los Oficiales de la Reserva Activa, sobre todo con los de la tercera edad. El personal militar efectivo que allí labora no le manifiesta a los Oficiales Retirados los signos exteriores de respeto contemplados en la Ley Orgánica de la Fuerza armada (LOFAN).
7) En diferentes ocasiones presencié cómo el personal médico y enfermeras daba preferencia asistencial a presuntos familiares y amigos, obviando de forma descarada el orden de atención.
8) El personal de empleados y obreros se quejan de no ser atendidos por este personal, lo que constituye una flagrante discriminación; también se quejan de los bajos sueldos y salarios que devengan, sin remuneraciones especiales por guardias y suplencias.
9) Al personal que realiza pasantías se le debe extremar las medidas de supervisión, porque en mi caso particular, hubo uno a quien mandaron a buscar una ampolla de anestesia para mi examen y trajo otro medicamento, lo que me parece algo sumamente delicado.
Le insiste al Ministro de la Defensa en que “la información aquí suministrada es para contribuir a que se corrijan estas irregularidades que afectan notablemente el buen funcionamiento del Hospital Militar”.
Le dice que tiene fotografías que dan fe de lo que expone. “Es de hacer notar que durante mi permanencia de 48 horas de estar en este Hospital no pude constatar la presencia del Personal Directivo, Administrativo y Plana Mayor en funciones de supervisión, tan necesarias en estas dependencias”.
Finalmente le recuerda a Padrino López “el ejemplarizante y educativo pensamiento de El Libertador que reza: ‘llamarse jefe para no serlo, es la peor de las desgracias’”.
Sebastiana Barráez – Infobae