En su avance lento e implacable, el catastrófico huracán Dorian seguía azotando el lunes el norte de Bahamas, convertido en una de las tormentas atlánticas más fuertes jamás registradas conforme arrasaba casas, arrancaba tejados, volcaba autos y derribaba postes eléctricos.
Los vientos sostenidos máximos del huracán remitieron a 265 kilómetros (165 millas) por hora el lunes de madrugada. La tormenta se movía muy despacio, a 1,6 kilómetros (1 milla) por hora, junto a la isla de Gran Bahama, a la que los meteorólogos esperaban que castigara durante todo el día. Antes, Dorian se abatió el domingo sobre la isla de Ábaco con fuertes vientos y oleaje.
Había poca información de las islas afectadas, aunque las autoridades esperaban que muchos vecinos se quedaran sin hogar. La mayoría de la gente acudió a refugios al acercarse la tormenta, los hoteles cerraron y los residentes protegieron sus casas con tablones.
“Es devastador”, dijo Joy Jibrilu, directora general del ministerio de Turismo y Aviación de las Bahamas. “Hubo daños enormes en propiedades e infraestructura. Por suerte no se reportaron pérdidas humanas”.
Los vientos sostenidos máximos de Dorian alcanzaron el domingo los 297 kilómetros (185 millas) por hora con ráfagas de hasta 354 kilómetros (220 millas) por hora, igualando el récord del huracán atlántico más fuerte en tocar tierra del que se tenga registro. El anterior fue el huracán del Día del Trabajo de 1935, anterior a la costumbre de poner nombre a las tormentas.
Solo hay una tormenta atlántica más potente documentada, el huracán Allen de 1980, con vientos de hasta 305 kilómetros (190 millas) por hora, aunque no tocó tierra con esa fuerza.
Los meteorólogos esperaban que Dorian empezara a alejarse de las Bahamas el martes por la mañana y virase hacia el noreste, en paralelo a la costa sureste de Estados Unidos. Aun así, se espera que el meteoro se mantenga cerca de la costa y azote el litoral con peligrosos vientos e intenso oleaje. Las autoridades advirtieron que aún era posible que tocara tierra.
El gobernador de Carolina del Sur, emitió una orden el domingo para la evacuación obligatoria de toda la costa del estado. La orden, que afecta a unas 830.000 personas, entraba en vigencia el lunes a mediodía, cuando se esperaba que los patrulleros estatales desviaran la circulación de las grandes autopistas costeras para que todos los carriles llevaran tierra adentro.
“No podemos hacer feliz a todo el mundo, pero creemos que podemos a mantener a todo el mundo con vida”, dijo McMaster.
Unas horas más tarde, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, ordenó evacuaciones obligatorias para la costa atlántica del estado, también a partir del lunes a mediodía.
En Florida se ordenaron evacuaciones en algunas zonas costeras vulnerables. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper advirtió que el estado podría recibir aguaceros, vientos e inundaciones esta semana.
Dorian tocó tierra el domingo en Cayo Elbow, en la isla de Ábaco, a las 12:40, y más tarde cerca de Marsh Harbour a las 14:00.
Se reportaron “condiciones catastróficas” en las Islas Ábaco, con marejadas ciclónicas de 5,4 a 7 metros (18 a 23 pies).
Residentes de Ábaco publicaron videos en donde se veían casas sin techo, postes de luz derribados y vehículos volteados, dijeron Jibrilu y el portavoz del gobierno Kevin Harris. Uno de los videos mostraba una inundación que avanzaba por las calles de un poblado no identificado casi a la altura del techo de un auto.
En algunas partes de Ábaco “no es posible distinguir dónde empieza la calle y dónde comienza el mar”, dijo el primer ministro, Hubert Minnis.
“Probablemente es el peor día y el más triste de mi vida para dirigirme al pueblo de las Bahamas”, dijo el premier, según lo citó el diario Nassau Guardian.
Se esperaba que el martes y el miércoles la tormenta se mantuviera a entre 64 y 80 kilómetros (de 40 a 50 millas) de Florida, provocando vientos de categoría de huracán que se extenderían unos 56 kilómetros (35 millas) al oeste.
AP