El maní, también llamado cacahuate, es un alimento conocido por todos. Sin embargo, lo que muchos no saben es que además de ser el mejor compañero de la cerveza, puede ser útil para el desarrollo de la vida diaria, y Ticino, un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba (Argentina), sirve de ejemplo para demostrarlo. De hecho, en esa localidad se utiliza la cáscara de aquella legumbre para generar electricidad y abastecer a sus 2.800 habitantes. Pero, ¿cómo funciona?
El distrito cuenta con una gran procesadora de maní de la empresa privada Lorenzati y Ruetsch, que emplea a unos 600 trabajadores. De aquel grupo se desprende la firma Generadora Ticino Biomasa, que se encarga de producir la energía con el excedente de corteza, «porque tiene muy buen nivel calórico», explica el encargado de planta, Fabio Bruschini.
Más en detalle, el ingeniero precisa que se queman las cáscaras en una caldera que produce vapor, y con la presión y temperatura requerida, se envía dentro de una turbina. Así, «se mueve un reductor y generador eléctrico, que produce la energía», enseña. Si bien es cierto que el sistema de crear electricidad con vapor «es bastante viejo», usar la monda de este fruto es muy innovador: «En muy pocos lugares se hace», acota.
El circuito
Este mecanismo tiene la capacidad de abastecer «entre 7.000 y 8.000 hogares», mientras que en el pueblo hay tan solo 1.000 viviendas. Por ello, los vecinos de poblados cercanos también reciben parte de la corriente nacida en Ticino, que forma parte de la red eléctrica federal.
Por cuestiones burocráticas, administrativas y económicas, la empresa le vende la energía a diversas entidades antes de llegar a los usuarios: primero a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), luego la compra la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), que se la revende nuevamente a la Cooperativa Eléctrica Ticinense, a cargo de la distribución final.
Sin embargo, a fines prácticos y técnicos, la generadora le inyecta la electricidad directamente a la cooperativa local, porque además no hay centrales municipales cercanas para recibir la corriente. De esta forma, la energía llega a los usuarios de modo más directo, sin dar tantas vueltas.
¿Qué es la biomasa?
Se trata de materia orgánica, de origen animal o vegetal, que puede ser aprovechada energéticamente. Por su parte, el entrevistado señala: «Es todo lo que tengas que se pueda recuperar dentro del año calendario, como una cáscara o una planta. Es decir, que en un plazo corto se pueda volver a generar, por ejemplo, esa planta. Lo que proviene de hidrocarburos, no es biomasa. El carbón natural, tampoco, porque lleva muchos años volver a tener ese producto».
Así nació la idea
Fabio planteó esta alternativa energética a la patronal en el 2001, en 2006 se hizo un anteproyecto y recién en 2016 se comenzó a construir, para comenzar a funcionar en junio del año pasado. La iniciativa pudo cobrar forma gracias al plan «Renovar», un programa público de abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, donde el Estado compra esa electricidad producida. Antes, la cáscara se tiraba, como si fuese basura.
Según comenta, esta clase de sistemas no suele ser muy redituable para las empresas ya que se requieren más empleados: en la generadora hay 32, mientras que «en un sistema con gas o diesel bastaría con dos trabajadores». No obstante, la firma requería abastecerse de energía porque las líneas de media tensión, que trasladaban la corriente hasta la planta, tienen cerca de 40 años, poco mantenimiento y ante cualquier evento climático se producían reiterados cortes del suministro. «Había que pensar en generar, porque la empresa no podía seguir creciendo», comenta. Y, desde una mirada social, que haya más trabajo siempre es una buena noticia, sobre todo en tiempos de crisis económica.
La localidad que no se apagó
«El estilo de vida en Ticino es tranquilo, de pueblo del interior», describe la intendenta, Liliana Ruetsch. «La economía que sustenta la zona es industrial. Mucha gente se dedica al trabajo de campo, pero residen mayormente en la zona urbana», le añade a este medio. El furor por la siembra del maní se desató hace unos 30 años, en aquel tiempo «el 60% de toda la cosecha» se radicaba en ese lugar, repasa. Tiempo más tarde, gran parte de las plantaciones se fueron mudando hacia el sur de Córdoba, pero es en aquel pueblo donde «está concentrado el procesamiento de maní de toda la provincia».
Además de política, la entrevistada es una de las dueñas de la empresa mencionada, fundada por su padre y otros socios hace cinco décadas. Por eso, conoce el sistema productivo y cómo la generación de energía con cáscara de cacahuate cambió la vida de la localidad que administra: «Antes teníamos muchos problemas de energía, tanto en la parte doméstica como industrial. Imaginate, en procesos que son continuos, con calderas, un microcorte de dos segundos como se solía dar, interrumpe todo y perdés la materia prima», cuenta.
Las interrupciones del suministro eléctrico «eran por temas de infraestructura de EPEC», y además se estaba «muy al límite con la energía que la provincia ponía a disposición de los usuarios», subraya. Sobre ello, acota: «Había cortes por exceso de consumo, las empresas no podían crecer en capacidad». Por eso, destaca que «poner en marcha la generadora mejoró la calidad de energía, y los micro cortes se han minimizado».
«Al principio ni nos dimos cuenta del corte masivo»
El 16 de junio, el Día del Padre, Argentina se quedó a oscuras durante muchas horas, en un apagón histórico que también afectó algunas zonas de países vecinos. Millones de personas estaban sin electricidad, con todas las complicaciones que ello conlleva, pero eso no sucedió en Ticino, que alimentó su red desde la generadora local, a base de cáscara de maní: «Nos levantamos como en un domingo normal, y al tener energía como cualquier día, al principio ni nos dimos cuenta de lo que estaba pasando», recuerda el vecino Marcelo Bechero.
El complejo industrial de Ticino requiere cuatro veces la electricidad consumida por el pueblo. Entonces, cuando ocurre un apagón importante, se puede reducir la actividad de las plantas para preservar la energía y poder abastecer a los residentes.
En el caso del apagón general, se desencadenó cuando la actividad era baja: «La cosecha arranca en marzo o abril, para junio casi todo el maní que ingresó está secado y pelado», explica la intendenta. Así, todo siguió funcionando con total normalidad, sin necesidad de achicar la actividad: «Estábamos en una época donde no había demasiado consumo, teníamos un excedente de energía para abastecer fácilmente al pueblo», detalla.
Con el correr de las horas, los habitantes del poblado comenzaron a notar que, esta vez, eran unos verdaderos privilegiados. «Cuando empezamos a ver en las redes sociales que había un corte general en todo el país, nos llamó la atención que acá teníamos electricidad y en otros lugares del país no», cuenta el lugareño.
«Era como estar en otro mundo. Es la sensación de vivir en un pueblo de casi 3.000 habitantes, que fue noticia por una cuestión tan linda e importante como es la generación de energía a través de la biomasa, que se hace acá», se emociona. Y finaliza: «Sentí orgullo».
RT Actualidad