Los principales sospechosos del asesinato de Fidia Iris Espina Díaz (70) y sus nietos, los hermanos Davianna Lourdes (26) y Said Carlos Acosta Piñero (17), son sus dos inquilinos. Un hombre y una mujer joven, de quienes no hay mayor descripción. Los detectives de la Policía científica los rastrean por Maracaibo para interrogarlos. Ellos serían los últimos que vieron a las víctimas con vida el 31 de agosto.
Por ahora se maneja el robo como móvil del crimen. Aunque los funcionarios no se explican el ensañamiento contra la anciana. Hasta ahora, en el apartamento 8-05 del conjunto residencial Las Delicias, solo faltaban un celular y una computadora. A la anciana le asestaron 10 puñaladas y le cortaron parte del pabellón de la oreja izquierda. Ella estaba semisentada y a sus pies colocaron los dos cadáveres de sus nietos. Davianna tenía cinco heridas punzo penetrantes y su hermano tres.
Los residentes del piso ocho escucharon los gritos de las víctimas. Pero juraron a los oficiales y a la prensa que no vieron cuando sacaron los objetos del apartamento. Notaron que algo había ocurrido, en el momento cuando la hermana de los muchachos corrió por el pasillo del bloque uno en busca de ayuda.
A la anciana la conocían en el edificio por su amabilidad y por ser caritativa. Por insistencia de su nieto Said alquilo una de las habitaciones de su apartamento a la pareja. “Ellos eran amigos”, comentaron los vecinos. Aunque ninguno tenía detalles de cómo y desde cuándo se conocían. El único detalle que aportaron sobre los inquilinos fue que vendían café y caramelos en una estación de servicio de la parroquia Chiquinquirá, muy cerca de los edificios.
Por ahora, “los desaparecidos no son culpables, sólo los buscamos para el interrogatorio de rutina. Quizá puedan aportar otros datos”, acotó uno de los investigadores.
Cactus 24