La vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez criticó el viernes a Estados Unidos y a más de 50 países que han reconocido al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo de la nación sudamericana, y afirmó que es “uno de sus peores errores cometidos en la historia diplomática de estos países”.
En la Asamblea General de Naciones Unidas, Rodríguez dijo que venía “en nombre de la única Venezuela”, una referencia a la delegación rival de diplomáticos que envió Guaidó al encuentro anual de líderes mundiales.
Rodríguez condenó las sanciones de Estados Unidos que, dijo, están “dirigidas a asfixiar a la economía venezolana”, pero no hizo mayores referencias a los años de hiperinflación, apagones generalizados y desabastos de alimentos y medicinas que han llevado a más de 4 millones de personas a huir de la que alguna vez fue una nación relativamente próspera. Más tarde dijo a los reporteros que esa cifra —un estimado de la ONU— “es una mentira”.
El turno de Venezuela en el podio de la Asamblea General se presentó al final de una semana en la que Estados Unidos y otros países intentaron incrementar la presión sobre el presidente Nicolás Maduro para que deje el poder y permita la realización de nuevos comicios. Guaidó y sus aliados internacionales aseguran que la reelección de Maduro en 2018 fue fraudulenta, en gran parte debido a que sus principales competidores no tuvieron permitido participar o fueron exiliados.
El más reciente revés para Maduro se presentó el viernes, cuando la Unión Europea impuso sanciones en contra de siete miembros de los servicios de seguridad e inteligencia de Venezuela, sospechosos de participar en actos de tortura y otros abusos. Con estas medidas, aumentó a 25 el número de personas sujetas a congelación de bienes y restricciones de viaje en la Unión Europea referentes a la crisis venezolana.
Pero no son las medidas radicales que la oposición venezolana esperaba de la UE, como intentar ir tras los bienes que Maduro posee en Venezuela.
“Se necesita más presión”, dijo Julio Borges, el principal asesor en materia exterior de Guaidó, durante una conferencia de prensa en el consulado venezolano, que está bajo control de la oposición. “Se sabe con perfecta exactitud que ha sido Maduro el que ha tirado la puerta en la cara de cualquier solución de la crisis económica, social y política”.
La Unión Europea teme que una confrontación con Maduro a mayor escala pueda arruinar la posibilidad de una solución negociada. Maduro suspendió el mes pasado las negociaciones con la oposición, auspiciadas por Noruega, a causa de las nuevas sanciones estadounidenses.
El lunes se tomaron medidas más estrictas cuando Estados Unidos y más de una docena de países latinoamericanos acordaron investigar y arrestar a funcionarios del gobierno venezolano y allegados sospechosos de narcotráfico, lavado de dinero y financiamiento de terrorismo, en apego al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, que data de la Guerra Fría, y el cual se invocó por primera vez desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Sin embargo, Maduro tiene poderosos aliados en las Naciones Unidas —en especial Rusia y China— que cuentan con poder de veto debido a su condición como miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
El ministro ruso del Exterior Sergei Lavrov se reunió el viernes con Rodríguez y con su homólogo venezolano Jorge Arreaza, y condenó la intervención de Occidente en Venezuela durante su discurso ante la Asamblea General.
Varias naciones caribeñas también condenaron las sanciones contra Venezuela, aunque muchas de ellas llamaron a ambas partes a volver a la mesa de negociaciones y resolver una crisis que amenaza con afectar a toda la región.
El primer ministro de San Cristóbal y Nieves, Timothy Harris, dijo que la crisis de Venezuela prácticamente ha ocupado toda su agenda como presidente del bloque regional Caricom. Expresó su preocupación sobre un reporte que la ONU publicó en julio en el que detallaba abusos generalizados a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno venezolano.
El premier de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, dijo que su país está pasando problemas para albergar a 16.000 migrantes venezolanos. Señaló que los países caribeños se han reunido con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para resaltar sus preocupaciones respecto a la “volatilidad de la situación en Venezuela”.
En otro revés diplomático para Maduro, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó el viernes en Ginebra crear una misión independiente para recabar datos e investigar las acusaciones de asesinatos, desapariciones, detenciones arbitrarias y torturas en Venezuela.
Pero incluso dicha votación resaltó la complicada batalla que libra la oposición venezolana para incrementar su respaldo internacional, luego que México y Uruguay se encontraron entre los 21 países que se abstuvieron.
Miguel Pizarro, un legislador venezolano exiliado, dijo que al menos las abstenciones señalaron una menor voluntad de defender a Maduro conforme se agudiza la crisis en Venezuela.
“Parte de lo que ha ocurrido con las abstenciones en el Consejo de Derechos Humanos es producto de ese ejercicio que hemos venido haciendo con países que no eran cercanos a nosotros y se han movido del ‘no’ a la ‘abstención’”, dijo Pizarro a los reporteros en Nueva York. “Ahora el reto es que se muevan al ‘sí’”.
AP