Generalmente, la realidad inspira a la ficción. Pero en este caso fue al revés. La escena inicial de “Spectre”, la última entrega de la saga de James Bond estrenada en 2015, transcurre en Ciudad de México durante un desfile por el Día de Muertos.
Hasta ese momento, los mexicanos celebraban una de sus mayores festividades en el cementerio o en casa, delante de un altar florido. Pero desde entonces, la capital mexicana acoge un enorme desfile inspirado en el filme que se ha convertido en la atracción principal de las celebraciones por el Día de Muertos.
Y el domingo, por cuarto año consecutivo, turistas y residentes se congregaron alrededor del Paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la capital, para ver desfilar a las huesudas “catrinas”, diablos, animales imaginarios conocidos como “alebrijes” y miles de danzantes disfrazados.
10 marionetas gigantes, tres carros alegóricos y 24 empujables forman parte del “desfile internacional de muertos” que recorrerá seis kilómetros hasta el lujoso barrio Polanco, una ruta adornada por el colorido naranja de los cempasúchil, la “flor de muerto”.
El año pasado, la actividad reunió a casi 2 millones de asistentes, según los organizadores, quienes esperan seguir aumentando la afluencia con visitantes de todo el mundo.
La temática de la celebración del domingo está centrada en la riqueza cultural de México, un país que le ha regalado al mundo infinidad de colores, sabores y música.
Pero las celebraciones no se quedan en un cortejo.
En días previos, catrinas y alebrijes marcharon por la ciudad adornada con enormes calaveras intervenidas por artistas y se prepararon enormes ofrendas y altares, que evocan la creencia prehispánica de que los seres queridos fallecidos regresarán el Día de Muertos a convivir con los vivos.
Reuters