El complejo de refinación de Paraguaná de Petróleos de Venezuela SA, uno de los más grandes del mundo, apenas puede funcionar porque los filtros clave en una planta de 250 millones de dólares instalada en 2015 para eliminar la sal de su suministro de agua no están funcionando. Sin un suministro de agua adecuado para generar energía y el vapor utilizado para calentar el petróleo crudo, la instalación no puede producir gasolina y diesel.
La planta de desalinización del complejo de refinación está trabajando alrededor de un tercio de la capacidad, con solo tres de sus ocho tuberías en funcionamiento, según personas con conocimiento de la situación. Las refinerías de Amuay y Cardon que conforman el complejo Paraguaná bombean el agua a calderas de vapor para calentar unidades de destilación de petróleo. Eliminar la sal previene la acumulación de minerales dentro de las tuberías que pueden causar averías.
Donde en un momento el complejo de refinación suministraba agua y electricidad que no necesitaba a las comunidades vecinas, ahora depende de recursos de servicios públicos locales ineficientes para sus operaciones. Eso exacerba la falta de equipos, piezas y productos químicos necesarios para mantener las unidades en el complejo, que puede convertir casi un millón de barriles por día de crudo en gasolina, diesel y otros combustibles.
La caída de la industria petrolera, una vez poderosa, bajo el régimen chavista de Nicolás Maduro, el país con las mayores reservas de petróleo produce menos de 600 mil barriles por día y sus refinerías apenas funcionan debido a la falta de mantenimiento. La compañía petrolera estatal, PDVSA, fue golpeada con sanciones que cortaron el flujo de efectivo de sus exportaciones de petróleo y redujeron la importación de los productos químicos y equipos necesarios.
“PDVSA solía ser autosuficiente en los servicios de agua en el complejo Paraguaná”, dijo Norberto Bausson, quien era el jefe de la empresa de servicios públicos del estado de Caracas en la década de 1990. “Ahora depende de uno de los peores sistemas de agua del país, junto con el estado Zulia”.
Utilidades locales
Hidrofalcon, la compañía de agua del estado, está en una posición difícil de responder. Las represas locales se han derrumbado debido a la falta de mantenimiento, según un informe interno y una persona con conocimiento de la situación. Maticora, la presa más grande de la zona, está 40% sedimentada y las estaciones de bombeo están parcialmente rotas.
Además, un proyecto de 450 millones de dólares, financiado parcialmente por el Banco de China y creado por China Camc Engineering Co. Ltd, para construir una tubería de agua de 180 kilómetros para aliviar la escasez en la península de Paraguaná, donde se encuentran las refinerías, ha estado en construcción desde 2002.
El suministro de agua intermitente está afectando la capacidad de PDVSA para alimentar la demanda doméstica de gasolina y diesel. Según el funcionario sindical Iván Freites, las unidades de crudo en Cardón y Amuay estaban operando a 110 mil barriles por día el 17 de octubre, alrededor del 12% de su capacidad.
Bloomberg