El papa Francisco canonizó este domingo en la basílica de San Pedro al cardenal John Henry Newman, sacerdote converso del anglicanismo, y a Dulce Lopes Pontes, primera santa nacida en Brasil.
La nueva santa latinoamericana, cuyo verdadero nombre era Maria Rita Lopes, nacida en 1914, de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, fue proclamada santa ante numerosos obispos, religiosos y misioneras de su país que asistieron al sínodo para la defensa de la Amazonía.
A la ceremonia solemne, durante la que se canonizaron en total a cinco santos, asistió también el heredero al trono británico, el príncipe Carlos, así como el vicepresidente del gobierno brasileño, Hamilton Mourão.
Un enorme retrato de la misionera, conocida con el nombre de Dulce, así como de los otros cuatro santos, colgaba frente a la fachada de la basílica.
Al igual que Madre Teresa de Calcuta, la Hermana Dulce entregó su vida al servicio de los necesitados y desarrolló una obra social en su natal Bahía donde fundó varios hospitales de caridad y una red de apoyo social que dirigió hasta su muerte en 1992, a los 77 años de edad.
La religiosa figura en su biografía oficial como la fundadora de la Unión de los Trabajadores de San Francisco, un movimiento cristiano de trabajadores en Bahía (Brasil) y del hospital de Sant’Antonio.
La nueva santa alcanza la gloria de los altares gracias a dos curaciones inexplicables, según el proceso de beatificación iniciado en 1999.
La religiosa conoció al papa Juan Pablo II, con quién tuvo dos reuniones en 1980 y en 1991, cuando se encontraba hospitalizada por problemas de salud.
Su humanismo y sus obras de caridad llevaron al entonces presidente de Brasil, José Sarney, a postularla en 1988 al Premio Nobel de la Paz.
Fue beatificada por Benedicto XVI en 2011 tras la comprobación de un primer milagro, tal como fijan las normas del Vaticano.
Las otras nuevas santas que fueron proclamadas por Francisco este domingo son la italiana Giuseppina Vannini (Judith Adelaide Agata), fundadora de las Hijas de San Camilo, fallecida en 1911; la india María Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia, muerta 1926, y la laica suiza Margarita Bays, de la Tercera Orden de San Francisco de Asís, fallecida en 1879.
Se trata de figuras emblemáticas para la iglesia, en particular el cardenal británico Newman, quien será el primer santo inglés no mártir desde la Reforma.
John Henry Newman, nacido en Londres en 1801, fue ordenado sacerdote de la iglesia anglicana, de la que fue párroco en Oxford.
Durante mucho tiempo fue un crítico de la iglesia católica, a la que llegó a acusar de herejía.
Sin embargo, años después, a mediados del siglo XIX, se convirtió al catolicismo en Inglaterra.
“Tanto como padre anglicano como cura católico buscó la santidad y la verdad”, comentó a la prensa el religioso Ignatius Harrison, de Birmingham al celebrar la figura del nuevo santo.
“Su ejemplo es más que nunca necesario por la manera en la que supo defender sin acusar, estar en desacuerdo sin faltar al respeto y quizás, sobre todo, por la manera en la que pudo ver las diferencias como lugares de encuentro y no de exclusión”, escribió el príncipe Carlos en una editorial del Osservatore Romano, el diario del Vaticano.