LA POLITIZACIÓN DE LA DESIGUALDAD Y LA EQUIVOCACIÓN DE VALORES CONSTITUYEN EL FENÓMENO MÁS IMPORTANTE DE LA CRISIS POLÍTICA EN LA OPOSICIÓN
La Unidad, no es un proyecto, para “perdedores”, es un proyecto con voluntad de ganar. Es la voluntad, firme para reconstruir el sistema político, en un intento, para garantizar la pluralidad política, y con ello, eliminar la discrepancia y el conflicto.
Muchos, no están motivados por el tema político. Ni tampoco, todavía, por el tema electoral. No les importa, la política, la hacen los políticos. Después, un grupo muy reducido, y efímero, vacíos de todo buen propósito, nos marcaran el camino a seguir. El resultado y los caminos, son los que son y la tarea es plantearlos, donde otros, plantearan otros caminos, distintos pero estarán haciendo política. Y “Los que no se interesan en la política tendrán un castigo merecido, serán gobernados por los que sí se interesan“.
Vivimos, una constante pérdida de esencia de la democracia y del ejercicio de la política, que la reducen, a un espectáculo entre partidos, cuyo resultado, ha sido, la desconfianza de la sociedad, que no solo afecta, a los partidos políticos, sino también, a la democracia representativa, a la división de los poderes, como factor, de control público y con ello, se pierde la calidad de la legitimidad.
La política está para eso, para intentar cambiar la situación existente y tratar de encontrar los elementos que puedan modificar, en una dirección más favorable, la situación existente. Lo importante, es asumir, lo que forma parte del pasado y lo que anticipa el presente, en cuanto, a lo que nos depara el futuro.
Vivimos, un proceso de descomposición, que inevitablemente es parte de una realidad visible, que no es más, que el debilitamiento y agonía de un modelo político agotado en Venezuela. Pero que oculta, lo que es el rasgo más destacable, que es, la recomposición del sistema político, en Venezuela.
Hay quienes, contribuyen a banalizar el impacto de lo que ocurre, pero resulta difícil ocultar, que esto, va más allá, de conjeturas y análisis. Que tiene importantes componentes, que la dotan de consistencia y firmeza. Que demuestra, que están equivocados, en sus valores y eso los inhabilita como representantes de la sociedad y de los venezolanos. Ello se traduce, en una despolitización del conflicto social, al servicio de un liderazgo, que debería de asegurarle al País, conocer de las amenazas externas e internas del conflicto.
Junto a este hecho, se ha acrecentado, la perdida de identidad, y el abandono del modelo de política idealizada, de un pasado “ordenado y previsible” ante la politización de la desigualdad, que constituye el fenómeno más importante de la crisis y la que explica el modo en el que se han distribuido, como los efectos sociales de la misma. La politización de la desigualdad ha servido para alimentar el rencor contra el sistema político en su conjunto.
El malestar de la desigualdad, es muy amplio y consistente, en las clases medias, donde se pierden vínculos tradicionales, entre los factores políticos y la sociedad, donde nadie sabe lo que va a pasar, acompañada de la mano, con una volatilidad impredecible donde los nuevos fenómenos han venido para quedarse.
De todos modos, la última palabra siempre la tiene la realidad. Siempre matizada, como es ella.
Johnny Galue / @COOTUR