Detectives de la División Contra Homicidios del Cicpc- Táchira no descartan el ingreso voluntario de Jhon Harrison Márquez Sepúlveda al sótano del mausoleo, donde el pasado domingo fue encontrado muerto y en estado de descomposición.
Los detectives de la Brigada Contra Homicidios del Cicpc- Táchira confían en que las próximas horas serán claves para descifrar el misterio que rodea la muerte del joven de 21 años de edad, Jhon Harrison Márquez Sequeda, cuyo cadáver, en estado de descomposición y con múltiples heridas de arma blanca, fue encontrado en horas de la mañana del pasado domingo en el sótano de un panteón, en el Cementerio Municipal de San Cristóbal.
Márquez Sequeda tenía más de dos meses desaparecido. El 10 de septiembre salió de su residencia, ubicada en la calle 16 con carrera 2, a un costado del camposanto, con la finalidad de reunirse con amigos que laboran en la venta de flores y artículos religiosos. De hecho, él mismo se dedicaba a esa actividad en un pequeño local ubicado en su lugar de residencia, según lo expresado por su progenitora. El joven le dijo que iba a conversar con amigos, lo cual solía hacer con frecuencia, y por eso nadie se preocupó. Estaba tan cerca de casa, que tan solo debía cruzar la calle para estar de regreso.
Desaparecido
Sin embargo, no regresó. Pasaron las horas y la angustia de sus seres queridos aumentaba, por lo que se dirigieron al área del cementerio a preguntar, pero nadie les supo dar razón sobre su suerte y paradero. Algunos comerciantes recordaron haberle visto, pero no aportaron ningún detalle para encontrarlo.
Su progenitora acudió a centros asistenciales, amigos y autoridades, sin resultado alguno. La desaparición de Jhon Harrison Márquez Sequeda fue notificada formalmente ante el Cicpc y funcionarios de la División Contra Homicidios iniciaron las investigaciones. Es la división policial a la cual se le asigna este tipo de casos.
El tiempo transcurrió sin que ocurriera algún tipo de novedad con relación al caso, hasta el pasado domingo, pasadas las ocho de la mañana, cuando en el Cicpc recibieron información sobre la localización de un cadáver, en descomposición, en el sótano del mausoleo correspondiente a la Lotería del Táchira.
Los investigadores llegaron al cementerio para indagar y se percataron de la vestimenta del cuerpo: un bermuda negro, franela azul claro y unas cholas marca Cross, color negro. De inmediato se percataron que coincidía con la indumentaria de Jhon Harrison al momento de su desaparición en ese mismo sector.
Múltiples heridas
Los investigadores dicen que hay aspectos que prefieren no revelar de momento, por el bien de las investigaciones, y explicaron que se pudo observar en el cadáver múltiples heridas de arma blanca. Pese a la posibilidad de que en efecto se tratara del joven desaparecido, los restos fueron levantados como “persona por identificar” y trasladados a la morgue del mismo cementerio, ubicada en el mismo sector donde fue reportado el macabro hallazgo, para ser reconocido.
Se explicó que trabajadores del cementerio fueron notificados sobre una inhumación que se iba a hacer en el panteón correspondiente a la Lotería del Táchira y por eso, el domingo muy temprano, se presentaron para abrir la bóveda. Al momento de levantar la pesada y fuerte puerta metálica que da acceso, percibieron un fuerte olor a descomposición que les extrañó, ya que no es común que esto ocurra en el cementerio con los difuntos, que no quedan nunca al descubierto, y evidentemente se trataba de una situación anormal. “Vimos, debajo de la escalera de metal que da acceso, el cuerpo de un ser humano y por eso nos comunicamos de inmediato con las autoridades del lugar”, dijo uno de los trabajadores.
Luis Eduardo, uno de los obreros que llegaron al lugar en medio de la consternación que este suceso provocó, dijo simplemente: “Esto se jodió, era lo último que nos faltaba en este cementerio, un muerto”, para luego hacer algunos otros comentarios sobre la inseguridad que existe en el principal y más antiguo camposanto de San Cristóbal, lugar donde los actos delictivos se han incrementado por falta de vigilancia policial. —Esto nos afecta a nosotros, los trabajadores, porque la gente nos critica, pensando que somos los responsables, y es lo contrario, porque nosotros cuidamos y evitamos que esto ocurra— acotó.
Ingreso voluntario al lugar
Cuando los investigadores contra homicidios llegaron al sitio optaron por acordonar el área, para hacer un levantamiento planimétrico y tratar de obtener evidencias de interés criminalístico. Algunos detectives piensan que Jhon Harrison Márquez Sequeda ingresó a ese espacio de manera voluntaria, y no lo hizo solo. Se requiere al menos de dos o tres hombres para poder manipular la puerta metálica que da acceso al lugar. Desde la parte interna también es problemático, por el peso y tamaño de esa puerta y por la escalinata, empinada y angosta.
Se presume que el crimen ocurrió en horas de la tarde del 10 de septiembre, el mismo día que ocurrió su desaparición.
Así mismo, se descarta que el joven haya sido lanzado desde la parte externa, por el lugar donde fue encontrado el cuerpo. Estaba precisamente debajo de la escalera de acceso y allí solo se puede llegar una vez que se está en el área de bóvedas.
De momento no existe una hipótesis definitiva sobre los móviles del crimen y las circunstancias. No se descarta una riña. Esta es tan solo una de las posibilidades que son analizadas por los investigadores, que consideran como importante el entorno de la víctima. Allí se buscan pistas e indicios. Saber qué ocurrió, primero, en el área de ventas, ubicada en el sector alameda del cementerio, y luego en el mausoleo de la Lotería, son las metas de los pesquisidores.
Deben precisar los motivos que Jhon Harrison tuvo para ir a esa tumba y con quiénes lo hizo. Allí está la clave para aclarar el crimen.
Lanaciónweb