El tradicional Juego de La Chinita, que año a año, ha desatado pasiones en la fanaticada marabina, no tuvo la misma respuesta en su versión de 2019.
Por primera vez en la historia el tan esperado y codiciado encuentro pareció haberse jugado a puertas cerradas, con la presencia del personal deportivo y técnico de los clubes Tiburones de La Guaira y Águilas del Zulia.
La crítica situación de degradación social en la que el régimen de Nicolás Maduro ha hundido a la segunda ciudad más grande de Venezuela, no permitió que hubiese ánimos para estar pendientes del Juego de La Chinita, por un lado.
Por el otro, los verdaderos aficionados, seguidores y fanáticos del béisbol venezolano, prefirieron dar base por bolas a este torneo 2019-2020, por cuanto, ante la crisis que atraviesa el país, a consecuencia de la destrucción provocada por el socialismo del silo XXI, no da margen para que el venezolano piense en distracciones sanas como la pelota profesional.
Asimismo, muchos seguidores del béisbol rentado, aprecian que el actual torneo, recortado por todas partes, «se volvió chimbo» para unos, para otros se trata de «un torneo interno del Psuv», pues fue organizado por el régimen en su plan de querer hacer ver que en Venezuela la vida toda es normal, cuando los hechos, el hambre y la miseria campean como nunca antes en la historia patria había ocurrido en la rica nación que corona el mapa de Sudamérica.
Entre lo inusitado y lo degradante, transcurrió éste partido que significa para el zuliano, año tras año, en gran parte, tan importante, como llegar a jugar la final del campeonato .
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