Los sucesos de Bolivia, que provocaron la salida de Evo Morales, han sido como agua fresca al seco ánimo de la tragedia venezolana. El ver las inmensas concentraciones nos hizo recordar a muchas de las que también hicimos pero que fueron reprimidas con gran violencia por criminales infiltrados y disfrazados de soldados.
Ojalá se nos reactive el espíritu de lucha algo adormecido. Jugarle duro al régimen en las calles va a ser necesario cualquiera sea como se desarrolle la solución que conlleve a la salida de estos malhechores.
Pero realmente es intención de estas líneas comentar sobre el otro camino que se está construyendo con la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE) por parte de la Asamblea Nacional (AN) y la oportunidad que se nos presenta de, también, jugar duro..
El regreso de los diputados del Polo Patriótico a la AN y su pronta aceptación para acometer un proceso de renovación del CNE da pie para suponer que eso es lo que desean que ocurra. Las amenazas de los rojos de crear una comisión mixta con la pirata Asamblea Constituyente o de que el Tribunal Supremo podría nombrar a los miembros del CNE si los opositores se ponen con vainas, son simples bravuconadas ensalivadas de gradería barata pues lo que desea este régimen, a muerte, es lavarse la cara nacional e internacionalmente creando un CNE con la bendición de la AN.
Si el régimen logra que se establezca un CNE con el voto aprobatorio de sus oponentes, lograría mostrar al mundo que ya existe el mecanismo democrático para resolver todos nuestros problemas y ya solo es cosa de tiempo y elecciones. En consecuencia, no se justificaría la mala cara de la OEA, ni el fastidio del Grupo de Lima, ni la intromisión de los gringos o la ONU. Aquí todos salimos bien y peinaditos en la foto de los demócratas, pues tenemos una AN legítima y aceptada y un CNE legítimo y aceptado. Fin de la película.
Por otro lado, un sueño de la oposición siempre ha sido lograr un CNE limpio y puro de manera que las elecciones que se hagan sean creíbles y aceptadas. Quizás por primera vez tanto el régimen como la oposición coinciden en un mismoobjetivo: crear un CNE respetable. Pero esto conlleva al peligro antes descrito, pues si el CNE es aceptado por la oposición ya no hay más que reclamar sino simplemente esperar elecciones.
En base a lo anterior va la propuesta y ojalá la magia de las redes la ponga en las manos adecuadas para que realmente se considere. La propuesta es jugarle duro al régimen y amenazarlo (o conotra palabra bonita que diga lo mismo) con no llegar aun acuerdo para un nuevo CNE a menos se establezca una fecha no más allá de doce meses para realizar elecciones de presidente y que, además, los dos presidentes (el usurpador y el encargado) renuncien a sus cargos al mes siguiente de la juramentarse del CNE y sean reemplazados por una junta temporal de gobierno hasta las elecciones.
Es decir, la propuesta es trancarle el juego al régimen. No te podrás lavar la cara creando un nuevo CNE a menos que acordemos formalmente realizar las elecciones de presidente. Si el régimen no acepta, pues seguimos igual, el régimen seguirá siendo forajido y nosotros y nuestros aliados externos seguiremos en la lucha.
Con esta propuestaocurre,inmediatamente, el regreso explícito y claro al mantra de cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Hasta los opositores más duros cerrarían filas en este camino compactando a la oposición en la necesaria lucha que en cualquier caso nos viene.
Mostrarle los dientes al régimen es la propuesta de estas líneas. Ellos quieren afanosamente un CNE que sea aceptado por todos y esta es la ocasión para ponerle condiciones.
Para tranquilidad de mis pacientes lectores, hay muchos partidarios del régimen que aceptarían esta propuesta pues están claros que los rojos se deben recuperar del enorme desgaste acumulado si pretenden continuar en el juego político.
No es muy difícil y, además, no requiere ni discutir, ni negociar.
Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es