Policías de La Paz se replegaron este sábado a una unidad de esa fuerza cercana a la plaza Murillo, donde se encuentran las sedes del Gobierno y el Legislativo bolivianos, un día después de que los uniformados en varias regiones se amotinaran.
Canales de televisión mostraron a numerosos policías llegando a la sede de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), en cuya puerta fue colocada una bandera boliviana.
Grupos de personas contrarias a la reelección del presidente del país, Evo Morales, intentan llegar hasta el lugar para expresar su respaldo a los policías de La Paz, como lo hicieron en la víspera ciudadanos que llegaron hasta las unidades policiales en las regiones donde los uniformados se amotinaron.
Esta situación se produce en medio de la crisis política y social que atraviesa Bolivia desde las elecciones del 20 de octubre.
Morales ha llamado en los últimos días a sus seguidores a defender el triunfo que le dio el órgano electoral, advirtiendo del intento de golpe de Estado, una denuncia recurrente desde que gobierna cuando surgen situaciones críticas a su gestión.
La Cancillería boliviana ratificó esta denuncia durante esta jornada en un comunicado en el que sostuvo que los últimos acontecimientos registrados en el país “que ponen en evidencia la implementación de un golpe de Estado provocado por grupos cívicos radicales”.
El Ministerio de Exteriores también advirtió de que el viernes “algunos grupos policiales se replegaron a sus unidades policiales, abandonando su rol constitucional de velar por la seguridad de la sociedad y las instituciones del Estado”.
La diputada opositora Shirley Franco, que llegó junto a otros legisladores hasta la sede de la UTOP, dijo a los medios que “un golpe de Estado se produce cuando se rompe el orden constitucional, cuando las autoridades no respetan la Constitución”.
“En Bolivia tenemos golpistas a la cabeza de Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS, el partido gobernante)”, dijo Franco, en alusión a las dos elecciones a las que el gobernante pudo presentarse con aval del Tribunal Constitucional a pesar del límite de dos mandatos continuos establecido en la Carta Magna.