El jefe de la misión de la OEA que audita las cuestionadas elecciones de Bolivia, el mexicano Arturo Espinosa, renunció sorpresivamente este viernes en la noche, levantando más incertidumbre sobre esta verificación acordada con el presidente Evo Morales pero rechazada por la oposición boliviana.
“He decidido retirarme de la auditoría para no comprometer su imparcialidad. Debí informar a la OEA sobre manifestaciones (declaraciones) públicas previas acerca del proceso electoral de Bolivia”, escribió Espinosa en su cuenta de Twitter, al día siguiente de iniciar la verificación del cuestionado escrutinio de los comicios del 20 de octubre.
La veracidad del tuit del experto electoral y académico mexicano fue confirmada a la AFP por una portavoz de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en La Paz.
Espinosa había publicado la semana pasada un artículo de opinión sobre las elecciones de Bolivia muy crítico sobre Morales, según medios bolivianos.
El jefe de la misión anunció su renuncia poco después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) boliviano diera el cómputo final del 20 de octubre, ratificando la reelección de Morales, con el 47,08% de los votos, seguido por el expresidente centrista Carlos Mesa, con 36,51%. De acuerdo a la ley, por la diferencia de más de 10 puntos sobre Mesa, Morales ganó un cuarto mandato hasta 2025.
Mesa criticó el cómputo final del TSE, afirmando que éste “demuestra” que Morales consolidó un “fraude” y “una agresión a la buena fe de la comunidad internacional”.
Rechazo a la OEA
En tanto, nuevas protestas se registraron este viernes en diversas ciudades de Bolivia contra la cuestionada reelección de Morales, mientras miles de personas se volcaron a los cementerios a preparar la festividad tradicional del Día de los Difuntos, que se celebra el sábado.
El funeral de Marcelo Terrazas, víctima de los enfrentamientos entre partidarios del candidato presidencial opositor Carlos Mesa y del gobernante Movimiento Al Socialismo, el 1 de noviembre de 2019 en Santa Cruz. AFP
La Paz tuvo cortes de vías en barrios acomodados de la zona sur, los más críticos de Morales, aunque con menos intensidad que en días previos, constataron periodistas de la AFP. La policía antimotines custodió durante todo el día cruces vitales.
Los choques entre opositores y policías dejaron hasta este viernes 191 detenidos y 60 policías contusos, uno de ellos en estado de coma, según el jefe policial Julio Cordero.
La oposición, que denunció un fraude electoral a favor de Morales, se niega a avalar la auditoría de la OEA, iniciada el jueves, por considerar que se trata de “una maniobra distraccionista para mantener a Morales en el poder”. La renuncia de Espinosa amenaza con ampliar más esta polémica.
Los opositores bolivianos ya no demandan un nuevo recuento de votos ni un balotaje entre el mandatario y Mesa. Ahora exigen anular la votación y convocar a nuevas elecciones generales (presidenciales y legislativas) “sin Evo Morales”, exigencia rechazada por el gobernante izquierdista indígena.
“Vamos a defender la democracia y los resultados” electorales, declaró este viernes Morales, en el poder desde 2006, durante un acto en un poblado rural de Cochabamba, en el centro de Bolivia.
El presidente dijo que los bolivianos deben esperar el informe de la auditoría de la OEA, que debe estar listo en dos semanas, una señal de que piensa que le será favorable para sellar un nuevo mandato hasta 2025.
“Ni Mesa ni Evo”
Si bien en las protestas vienen participando todos los grupos de la oposición, algunos movimientos ahora tampoco apoyan a Mesa (presidente de 2003 a 2005), quien inicialmente reclamaba un balotaje con Morales.
Multitudinarias asambleas populares se efectuaron el jueves en La Paz y la ciudad oriental de Santa Cruz, ratificando el rechazo a la auditoría de la OEA y la exigencia de nuevos comicios.
Esas asambleas o “cabildos”, con participación de miles de personas, acordaron seguir adelante con las protestas en las calles, una señal de radicalización del movimiento.
Pero el cabildo de La Paz fue más lejos todavía, al proclamar “¡Ni Mesa, ni Evo Morales!”, un signo de independencia política y de que los activistas paceños quieren nuevas elecciones sin ninguno de los dos candidatos que acapararon los votos el 20 de octubre.
Escuelas paralizadas
En Santa Cruz, feudo de la oposición, y Potosí (suroeste) persistía este viernes una huelga que ha paralizado la actividad laboral y educacional. También hubo protestas en Cochabamba (centro) y Trinidad (noreste).
En varias ciudades, incluida La Paz, las escuelas estuvieron prácticamente paralizadas durante toda la semana.
En Santa Cruz se realizaron este viernes los funerales de dos opositores muertos a balazos el miércoles mientras bloqueaban una calle en el poblado de Montero.
Desde que comenzaron las protestas, al día siguiente de los comicios, se han registrado unos 140 heridos y dos fallecidos, según la Defensoría del Pueblo.
Las protestas comenzaron con la quema de cinco oficinas regionales del TSE.
AFP