Nicolás Maduro dispara toda la artillería disponible contra la Asamblea Nacional. Se alista para impedir que Juan Guaidó sea reelecto el próximo 5 de enero como jefe del Parlamento, único poder legítimo que queda en el país. De allí que la sesión extraordinaria que este martes convocara la junta directiva del órgano unicameral haya sido crucial para su propia supervivencia. Hubo diputados que no solamente no acudieron a la sesión, sino que además, tampoco levantaron su voz para defender a los cuatro legisladores cuya inmunidad fue allanada por el régimen de Maduro.
Los diputados de la fracción de María Corina Machado, denominada “16 de Julio”, no acudieron este martes a la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional. Tampoco lo hicieron los diputados de la Comisión de Contraloría señalados por graves casos de corrupción, ni José Antonio España.
La fracción que responde a los intereses de Machado, cuyos integrantes se auto califican como los únicos “verdaderos opositores”, dejó pasar una oportunidad de oro para votar a favor de la modificación del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional, que permitirá a los diputados que se encuentran en el exilio, la posibilidad de votar en las próximas sesiones. Tampoco alzaron su voz para respaldar a Carlos Lozano, Luis Stefanelli, Hernán Alemán y Jorge Millán, diputados pertenecientes a los partidos Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular cuya inmunidad fue atropellada por la dictadura, ignorando los más elementales conceptos del derecho constitucional. Ya son más de treinta legisladores que luego del episodio del 30 de abril, han sido abiertamente perseguidos por el régimen.
María Corina Machado es la misma que fracturó la unidad en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. Por su capricho de lanzar candidatos que no contaban con el respaldo de los partidos de la oposición, la MUD perdió tres curules. Machado es la misma que ha prometido coaliciones militares milagrosas que jamás han ocurrido. La misma que ha emprendido una feroz campaña en las redes sociales contra la dirigencia opositora, utilizando medios de comunicación financiados por banqueros prófugos que -por fortuna- nunca fueron incluidos en la Ley de Amnistía de 2016. La misma que invoca la fuerza para salir de Maduro, pero que no termina de explicar cómo es que Estados Unidos desalojará a Maduro del poder cuando los altos funcionarios de Donald Trump hablan de una dirección distinta.
Bien sabido es que Maduro intenta por todos los medios posibles, evitar la reelección de Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional. La estrategia es más que evidente: procurar el allanamiento de la inmunidad de los legisladores que votarían por Guaidó para quebrar la mayoría y perseguirlos hasta que abandonen el país. No le conviene a Maduro la unidad de la oposición. Nunca le ha convenido. Y hay quienes históricamente se han dedicado a fracturar la unidad opositora, haciéndole directa o indirectamente, por acción u omisión, el favor al tirano que usurpa el poder en el Palacio de Miraflores, tras ser reelecto en un dudoso proceso comicial en mayo del año pasado.
El Cooperante