Al menos cinco de las unidades de hemodiálisis, de la decena que funciona en Maracaibo, no cuentan con el total de máquinas dializadoras en completa operatividad.
En un recorrido que realizó La Verdad por estos centros de la capital zuliana se pudo constatar que el 50 por ciento de ellos atiende a medias a los pacientes renales por la cantidad de equipos dañados.
En el Hospital Universitario de Maracaibo la situación es caótica para los enfermos renales que necesitan la terapia para vivir. Varios enfermos denunciaron que solo funciona una de las dos unidades que atienden a, aproximadamente, unas 60 personas.
«Aquí hay 12 máquinas en la sala grande y ocho en la pequeña, pero solo están funcionando 10 en la grande», aseguró Bartolo Pirela.
El taxista de 45 años, quien se dializa desde hace tres años, aseveró que la cantidad de pacientes para tan pocas máquinas hace que a cada grupo le recorten tiempo de sesión un día a la semana».
Pirela, quien pertenece al grupo que recibe el tratamiento martes, jueves y sábado a partir de las 3.00 de la tarde, revela que los jueves, en vez de las tres a cuatro horas que le corresponden, permanece conectado a la máquina solo dos.
En riesgo de morir
Igual sucede en el Centro de Diálisis de Occidente, donde Juan Acosta Urdaneta reportó que de los 32 equipos solo se encuentra operativo la mitad.
En ese sentido, el abogado de 66 años y quien suma seis años en diálisis informó que «algunas veces nos recortan el tiempo» de conexión.
En la Unidad Integral Diálisis Maracaibo la situación es similar. De 14 máquinas de hemodiálisis solo 10 están funcionando, según precisó Jorge Molero.
«Después que arreglaron dos que también estaban dañadas. En otros sitios también hay muchas sin funcionar, como en Univalca y la del Hospital General del Sur”, acotó el educador jubilado de 64 años que se dializa desde los últimos 18 meses.
Un paciente de Diálisis Zulia, ubicada en el Centro Médico Paraíso, que pidió el anonimato, dijo que allí cuentan solo con seis dispositivos en funcionamiento del total de nueve.
«Creo que en el ‘General del Sur’ cerraron la unidad porque todas las máquinas se dañaron y aún no las arreglan», añadió.
Sin embargo, en el centro Juan Bautista las 12 máquinas trabajan con normalidad, después que hace pocos días repararon dos que están inoperativas, puntualizó el ingeniero Ediccio Urdaneta, de 55 años, paciente renal desde hace cuatro meses.
El 74 por ciento no funciona
«Esto de reducir las horas de sesión por máquinas inservibles hace que las personas permanezcan mal dializadas y se queden en sus casas contaminadas, con riesgo de morir», advirtió Reymer Villamizar, presidente de la fundación Amigos Trasplantados de Venezuela (ATV).
No obstante, las cifras regionales obtenidas por La Verdad no parecen tan alarmantes en comparación con las nacionales.
El informe que ATV y Codevida presentaron, el pasado noviembre, a la OEA y la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que visitó Venezuela denuncia que mil 859 máquinas de diálisis no están operativas en 122 unidades, es decir el 74 por ciento del total.
Pero, estos enfermos no solo padecen por la falta de reparación de los equipos que filtran su sangre de impurezas debido a la falta de funcionamiento de sus riñones.
Se suman las deficiencias en los servicios públicos, como la electricidad y el agua, además de carecer la mayoría de nefrólogos para su atención especializada y de suficiente personal de enfermería.
En la Unidad Integral Diálisis Maracaibo se suspenden las diálisis cuando falla el servicio eléctrico ante la carencia de una planta generadora de electricidad, indicó Ranneter Valbuena, quien acude desde hace un año al centro para purificar su sangre.
«Además, a veces nos dializan solo durante dos horas, la infraestructura se encuentra bastante deteriorada y nuestros familiares nos esperan en un área sin aire acondicionado», agregó el médico, de 62 años.
En el CDO tampoco tienen planta eléctrica, «pero la luz se va poco», afirmó el abogado Urdaneta.
El calor es la principal adversidad que enfrentan los pacientes renales que acuden a la «Juan Bautista». Tienen «más de cuatro meses sin aire acondicionado y desde entonces nos recortan a dos horas el tiempo en la máquina», denunció el ingeniero Urdaneta
La Verdad